El complot caviar debe abortar
El complot caviar debe abortar
El archivamiento de la acusación constitucional contra Dina Boluarte constituye un insulto a la inteligencia y a la justicia. Debe ser revisado por la Comisión Permanente del Congreso y las fuerzas democráticas deben prepararse para enfrentar el plan caviar -financiado por un banco- para asaltar nuevamente el poder.
Boluarte está denunciada por actos que la inhabilitan como vicepresidente de la República y congresista. Postuló sin renunciar previamente a su puesto en el Reniec; está vinculada -con investigación fiscal de por medio- a la banda de los Dinámicos del Centro, cuyo cabecilla es Vladimir Cerrón; se ha demostrado que ha incurrido en nepotismo; ha patrocinado a una entidad privada estando prohibida por ley; ha suscrito todas las acciones inconstitucionales y delincuenciales de Castillo en calidad de exministra; y es enemiga convicta y confesa de la libertad de prensa.
El informante de su causa, Edgard Reymundo, de Cambio Democrático, demoró excesivamente el trámite excusado en banalidades y se ha comportado como un felón.
Detrás de la Boluarte hay un tinglado armado por los caviares, quienes pretenden que sea la sucesora de Castillo si a éste se le vacase mañana miércoles. Desde el punto de vista del texto constitucional eso sería correcto, pero solo si Boluarte fuese digna y no pesaran sobre ella las imputaciones reseñadas.
Aquí de lo que se trata es de un complot para reeditar el caso del lagarto Vizcarra. Caviares hay muchos y aunque todos son detestables, en este caso nos referimos a aquellos que son patrocinados por un banco peruano importante y con pretensiones monopólicas en la educación universitaria. Sus cabecillas son falsos liberales, en lo económico guardan apariencia pro mercado pero son socios del mercantilismo y el parasitaje del estado. En lo social, son miembros de la progresía, alineada con las aberraciones de la ideología de género y la agenda 2030. Es decir, el mismo grupo protervo que ha infiltrado el control del país desde Paniagua en adelante.
Frente a esto, y ante la probable imposibilidad de vacar al presidente, el Congreso, en alianza con las FF.AA. y las fuerzas democráticas, debe buscar soluciones radicales; más aun cuando el gobierno ya ha conformado un frente revolucionario belicoso con Antauro Humala y representantes del Foro de Sao Paulo, según evidencian los cambios en la DINI y la gobernanza territorial.
Salir de Castillo para caer en Dina es pasar de la sartén al fuego. No lo demos permitir.
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