El idioma español y la revolución educativa pendiente en el Perú
El idioma español y la revolución educativa pendiente en el Perú
Ayer, martes 23 de abril, se ha celebrado en el mundo, el Día Mundial del Idioma Español. En efecto, junto a la religión católica, el idioma castellano o español, es el mayor legado de la península Ibérica a nuestra sociedad americana y todavía hay quienes siguen renegando de España, sin valorar la trascendencia de su impacto en nuestra cultura, que es la consecuencia del sincretismo de la sociedad precolombina con la propia España La propuesta del escritor valenciano Vicente Clavel Andrés, allá por 1926, de celebrar cada 23 de abril el Día del Idioma Castellano, no fue una casualidad. Ese día, de 1616, murió el mayor genio de la literatura española, Miguel de Cervantes Saavedra, cuya monumental obra “El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha”, es la obra cumbre de las letras castellanas. En adición, la Unesco no se equivocó cuando en 1995, declaró el 23 de abril de abril como Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. Lo hizo, además, porque en esa misma fecha, también fallecieron otros dos grandes de la literatura universal: el inglés William Shakespeare, autor de la afamada obra “Romeo y Julieta” y el cronista Gómez Suárez de Figueroa o Inca Garcilaso de la Vega, el primer mestizo biológico-espiritual del Perú, y autor de la monumental obra “Los Comentarios Reales de los Incas” que poco o nada se lee en los colegios. En orden ascendente, ahora casi 600 millones de personas tienen al castellano como idioma materno y en esa calidad es la segunda lengua del planeta. La proyección de hispanohablantes en el globo, entonces, es creciente, pues del 7% que registró la ONU el año 2021, se calcula que en 3 o 4 generaciones adelante, el 10% de la población mundial será hispanoparlante. En nuestro país hemos conmemorado el pasado 2 de abril, el Día Mundial del Libro Infantil, que es también el Día del Abogado o del Letrado; sin embargo, todavía preocupa que solo el 47.3% de peruanos haya leído un libro en su vida. La realidad es que, convertidos en esclavos de las prácticas digitales y audiovisuales, sobre todo en las nuevas generaciones, no podemos negar que a los peruanos nos cuesta leer. La lectura es una actitud que se inicia con el ejemplo en casa y queda confirmada con la motivación del maestro en el colegio, por eso cualquiera no puede ser docente, pues en sus manos está el proceso de formación y consolidación de las prácticas intelectuales y de investigación de los futuros hombres y mujeres de la patria.
Una decidida y profunda inversión en la educación de los peruanos nos dará resultados extraordinarios, pero, no nos engañemos: a nuestras autoridades les cuesta dar el paso. Sin educación como política de Estado poco vamos a conseguir mirando nuestro futuro como sociedad y esta verdad absoluta tampoco es comprendida por nuestra clase política en tantos años vista recurrentemente en su incapacidad de llevar adelante una verdadera y profunda REVOLUCIÓN EDUCATIVA que se traduce en decidir, sin que les tiemble la mano, en invertir 12% del presupuesto en la educación. La mayor inversión de un Estado está en su Nación, pero eso tampoco se entiende en nuestro país, y hasta se dice erradamente que los resultados no son inmediatos. Si diéramos el paso que nadie da, otro sería el Perú y otro su destino. Estamos atrasados y maquillamos la realidad con cifras o hechos de coyuntura. Debemos leer y mucho –a mis hijas y a mis alumnos, medio en serio y medio en broma, les exijo verlos con ojeras– pues cuanto más leamos, entonces, mejor hablaremos y mejor escribiremos, pero, sobre todo, seremos libres, alejados del yugo y de las cadenas de la ignorancia y del engaño.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.