El “nuevo orden” caviar
El “nuevo orden” caviar
El problema más grave que enfrenta el Perú, desde hace demasiado tiempo, es que su Ministerio Público ha sido secuestrado por la mafia caviar, dirigida por Gustavo Gorriti en complicidad con un grupo de jueces de la misma calaña. A partir de esta realidad, ¡en el Perú no existe justicia! Sin justicia, jamás habrá confianza, y sin confianza, el país no avanzará; más bien retrocederá, su sociedad se empobrecerá y se volverá más amarga. ¡Hasta que sobrevenga el caos! Esta transformación sigue su curso al pie de la letra, y hoy asistimos al inicio de su etapa más dramática: ¡la consolidación del caos!
Hemos venido alertando que esta desgracia no es coyuntural. Está perfectamente planificada por las izquierdas que, a través del Ministerio Público, gobiernan el país, sometiendo a nuestras principales autoridades estatales. La estrategia consiste en mantener bajo chantaje al presidente de la República, a sus ministros, a los congresistas y a los líderes de los principales organismos públicos. ¡Hoy, estas figuras cumplen sus labores dominadas por la mafia caviar! Lo hacen sometidas al siniestro plan de las izquierdas, elaborado por ONG financiadas por países como Estados Unidos y prácticamente todas las naciones europeas, junto con grandes consorcios transnacionales, promotores de un radical proceso de transformación cultural a nivel planetario, que surgió con el movimiento LGBTQ+. ¡Y parece no tener fin! Cada año surge alguna iniciativa nueva cuyo objetivo principal es acabar con este mundo binario, buscando convertir a hombres y mujeres en una nueva especie: el ser humano neutro.
Sin duda, esta epopeya está precedida por imposiciones severas, dirigidas a someter a los países menos desarrollados mediante los dictados de algunas ONG –siempre controladas por la izquierda caviar– utilizando textos sobre derechos humanos para imponer a las mayorías el criterio de la avanzada caviar. Esta cúpula persigue transformar al ser humano en un ser unisexual, no iluminado por la mano de Dios, sino por la de unos cuantos que se consideran selectos, y por lo tanto, superiores a los demás.
El problema es que, mientras las ONG presionan para que el Tercer Mundo cumpla sus órdenes, nuestros Estados seguirán decayendo, sus economías empobreciéndose, su cultura idiotizándose y su población rebelándose contra el fracaso que implica pretender ser lo que no somos, como hacen los caviares. Analicemos. En la vida real, nos agobia la criminalidad sin tregua que existe en el país, y el hecho de que nuestro Congreso sea incapaz de legislar adecuadamente debido a la oposición de las ONG. Por esa misma razón, nuestra Policía está impedida de ejercer sus funciones; nuestras cárceles se han transformado en escuelas del delito y están atiborradas de criminales de alta peligrosidad; nuestras calles están invadidas por la informalidad; y nuestros poderes del Estado son constantemente chantajeados por la cultura caviar.
Ante tantas contradicciones, imposiciones y humillaciones, el Perú debe rechazar que se le siga sometiendo a dictados de países desarrollados que buscan imponernos normas, usos y costumbres absolutamente ajenos.
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