El ser humano por naturaleza es conflictivo; ya que es un ser pensante y con necesidades, lo que conlleva a organizarse en grupos y asociaciones para ejercer acciones con el fin de alcanzar su máximo beneficio y así pudiendo generar cambios sociales, políticos e incluso revoluciones.

Ante esta situación, los Estados en el mundo toman las previsiones para hacer frente a estas circunstancias propias del convivir, mediante la negociación, conciliación, arbitraje y mediación, sin embargo, cuando este proceso no llega a un resultado esperado por ambas partes, se llega al enfrentamiento.

Todo Estado tiene el monopolio del uso de la fuerza, siendo una atribución exclusiva para asegurar la paz, el orden público y hacer cumplir la ley soberanamente, mediante las Fuerzas del Orden (FFOO), cuya responsabilidad inicial es de la Policía Nacional y cuando sean rebasadas y a pedido de la PNP podrían ser apoyadas por las Fuerzas Armadas; previa declaratoria de Estado de Emergencia.

Preservar la vida humana es lo más importante que se puede esperar por parte de las Autoridades Políticas y FFOO de lo contrario serán cuestionadas, investigadas y juzgadas; teniendo en consideración que algunos líderes políticos incitan a las marchas y esperan resultados con bajas de un lado o de otro para lograr sus propios objetivos.

En los últimos sucesos de diciembre, enero y febrero de 2023, con resultados muy lamentables por cierto, en la etapa de Investigación Fiscal se evidenció la falta de coraje y valentía de algunas autoridades para asumir responsabilidades que por la Constitución y las leyes les compete, lo cual una vez más los responsables serán las FFOO, como lo fue en la lucha contraterrorista, en Bagua y otros .

Si no deseamos ocasionar la muerte entre peruanos, así como evitar juicios interminables y que la responsabilidad sea del más débil, para eso existen en el mundo una variedad de armas no letales, cuyo empleo está aprobado por las Naciones Unidas y que van desde gas, aerosoles, cañones de agua, fusiles con balas de goma, escopetas con descarga eléctrica, etc., que permiten a distancia neutralizar y capturar a los líderes revoltosos.

Ante esta situación y con la finalidad de evitar bajas por ambas partes en lo que pudiera suceder a futuro, debería ser responsabilidad ABSOLUTA de quien tiene la decisión política de gestionar y asignar los fondos destinados a satisfacer los requerimientos logísticos para las FFOO que por Constitución corresponde y también de exigir el buen empleo de dichas armas no letales, porque viviendo en el siglo XXI e ir a detener una turba con un fusil de guerra y manifestar que no debe haber bajas, es totalmente absurdo, irracional e inapropiado, existiendo en el mundo una gama de armas especialmente diseñadas para el control de manifestaciones y por lo tanto evitar pérdidas humanas y problemas posteriores, resaltando que recursos económicos disponibles en el Estado Peruano, si los hay.

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