En estado de indefensión

En estado de indefensión

Somos una sociedad que no aprende de sus errores: estamos presenciando el resurgimiento del terro¬rismo, pero el Gobierno no hace lo suficiente para impedir que Sendero Luminoso, el MRTA y otras fuerzas subversivas pasen del activismo a la lucha armada.
A fines de los años 70 presencié cómo los senderistas hacían su entrenamiento militarizado marchando con fusiles de madera en pleno centro huamanguino; en paralelo vi en San Marcos el nacimiento de SL.
La falta de análisis preciso llevó a que Belaunde calificara de abigeato las primeras explosiones a inicios de 1980, en el supuesto de que se trataba de una reedición de las gue¬rrillas de 1965. El 82, cuando ya la policía no podía controlar el inicio del genocidio terrorista, el régimen civil en actitud claudicante llamó a las FF.AA. para que asumieran el con¬trol político-militar en gran parte del país.
El resto es historia. Solo un gobierno autoritario, que tuvo la herencia de un GEIN acertado y la voluntad política de derro¬tar a la subversión, descabezó la cúpula de Sendero en 1992 y cinco años después la del MRTA.
Desde entonces tenemos una so¬ciedad fracturada, en la cual la iz¬quierda marxista revirtió las senten¬cias drásticas a los genocidas aplican¬do una “justicia” transicional anti¬patriota; distorsio-nando la historia a través de una CVR sesgada; y para¬dójicamente persi¬guiendo a militares y policías que sal¬varon al Perú.
La situación es dramática. En el Vraem Sendero actúa impunemente desde hace 30 años, y anuncia el reinicio de la violen¬cia a mayor escala. El antaurismo ha pactado con los senderistas, centenares de reservistas ya están reclu¬tados; hay pactos poco conocidos con insurgentes bo-livianos y pretenden el separatismo de una porción del sur peruano. En tan alucinante proyecto también está presente el Hezbolá patrocinado por Irán. Y el MRTA trata de infiltrarse en la vida política legal, mientras constituye columnas armadas.
Todo esto es demostrable, pero el gobierno de Vizcarra, pusilánime como en todo, se limita a declaraciones que no tienen correlato con las acciones antisubversivas.
Necesitamos ampliar las zonas de emergencia, for¬talecer el accionar de la PNP con un marco legal más flexible, denunciar el Pacto de San José y restablecer la pena capital, fumigar el Estado, destituir a los ma¬gistrados prevaricadores del TC y el Poder Judicial y exterminar ya, con las leyes y las armas, todo conato terrorista. No hacerlo es la peor estupidez política que pueda cometerse. Tome nota, señor presidente.