El Plan de Gobierno de Perú Libre nos permite advertir que su secretario general Vladimir Cerrón está comprometido no sólo ideológicamente sino prácticamente con su realización, dado que conoce del fracaso que ha tenido esta ideología en los países del mundo comunista, ahora vuelto al capitalismo a pie forzado para remontar la pobreza igualitaria y alcanzar su desarrollo.
Un compromiso cercano a las oscuras intenciones de la élite globalista de imponer el comunismo en los países cristianos para establecer su Nuevo Orden Mundial anticristiano y someterlos a un Gobierno Mundial que pueda disponer de su territorio y riquezas, aunque parece lejano de la derecha capitalista neoliberal, coincide con ésta en el mismo propósito: poner al servicio de la élite naciones esclavizadas bajo el yugo de sus intereses.
Basta ver lo que ha sucedido en América con los gobiernos de izquierda para comprobar que han gobernado cumpliendo la agenda globalista de ultraderecha mientras daban falsos discursos populistas y revolucionarios, y la prensa nacional e internacional (pagada por la élite) les daba loas por su “eficacia gubernamental”, cerrando el círculo de la defraudación de sus naciones.
Han visto que el autoritarismo de izquierda es mucho más efectivo que el de derecha para imponer la agenda cultural anticristiana que permite brechas de oposición por simular democracia, por lo que vienen con todo el paquete comunista que les permitirá coartar libertades, suprimir derechos, confiscar propiedades y silenciar a una oposición cristiana creciente en América Latina.
La derecha capitalista ha venido siendo el instrumento de la élite globalista desde 1990 en el Perú, y un gobierno que anuncia la continuidad del modelo no será sino servil al propósito de culminar el proceso de colonización del Perú bajo el Nuevo Orden Mundial.
Debemos entender que no es entonces el conflicto entre izquierda y derecha lo medular, sino la definición de cuál candidato nos permitirá impedir la imposición del Gobierno Mundial, por su integridad moral, su apertura al diálogo y convocatoria de los expertos en cada área de gestión pública, sin restricciones ni imposiciones partidarias.
Un candidato que se ponga al centro genuinamente tomando distancia de los planes ideologizados de izquierda o derecha globalistas, y que vea el desarrollo independiente del Perú, en libertad, como un reto soberano.
Se trata de “patriotismo” frente a “globalismo”, las izquierdas o derechas son apátridas si están soterradas o abiertamente coludidas con el poder colonizador.

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