Falta de energía impacta en turberas
Falta de energía impacta en turberas
Los altos costos de la energía en Europa están empujando a determinados países a utilizar la turba, material orgánico, como combustible que impacta en la conservación del hábitat y la calidad del aire. Ello ocurre por ejemplo en Irlanda, donde la turba produce un 6% del total de energía y se debe a que es barata, cuantiosa y fácil de obtener desde los pantanos.
Según el especialista Schouten (2021), las turberas cubren menos del 3% de la superficie del planeta, pero almacenan el doble de carbono que todos los bosques. Además, retienen carbono 5 veces más eficientemente que los bosques u océanos; de allí que cortar la turba de pantanos o ciénagas para tener combustible no es muy inteligente.
Sin embargo, la turba no es una fuente de energía limpia, al quemarla produce emisiones pesadas de carbono un 23% más en cuanto a cantidad de dióxido de carbono que el carbón. Pese a toda esta información, existen familias rurales que todavía tienen el derecho heredado de cortarla de un pantano en Irlanda.
Lo positivo es que el gobierno irlandés viene rehabilitando y protegiendo miles de acres de pantanos elevados, que fueron rehumedecidos y convertidos en reservas naturales. Los pantanos son reconocidos como refugios vitales para la biodiversidad, filtros de agua naturales y control de inundaciones, absorbiendo la lluvia y liberándola lentamente en tiempos de sequía.
En tanto, en el Perú, la Iniciativa Mundial para las Turberas de la FAO, en coordinación con el Ministerio del Ambiente (Minam) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), elaboró un reporte que reúne la percepción de 104 actores que trabajan con turberas encontrándose temas que abordan el desarrollo de sus capacidades, brechas de conocimiento, así como oportunidades de sinergias y propuestas de soluciones. Al conocer las necesidades de los actores clave será decisivo para implementar marcos legales, planes y estrategias. Por ello, para contar con una gestión adecuada es necesaria la participación de estos actores capacitados sobre cómo las turberas, estado, monitoreo y los servicios ecosistémicos que brindan.
Es destacable que el Perú es el segundo país con mayor extensión de turberas tropicales del mundo después de Indonesia, pues según el estudio publicado en Nature Geoscience (2022) basado en el uso de imágenes satelitales, de las tierras bajas de la Amazonía peruana, se crearon los primeros modelos que indicaron el espesor o densidad de turba en la región. Su autor principal Hastie (2022) encontró que la deforestación y emisiones de CO2 asociadas en estas zonas son pequeñas, pero están en aumento constante. Hizo un llamado para actuar y proteger estos ecosistemas, mientras se mantengan relativamente intactos. Y ello se conseguiría por medio de difusión y conocimiento de la situación de las turberas, así como por la participación de todos los ciudadanos para protegerlas.
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