Ferias de frutos con ganancias económicas

Ferias de frutos con ganancias económicas

En los últimos años, las ferias de productos naturales han permitido que las propiedades de los frutos peruanos sean conocidos en el mundo. Eventos como la Expo Amazónica o Expoalimentaria, permiten difundir al mundo la variedad de productos y sus bondades; junto a ello estas reuniones acercan a los productores, comuneros y emprendedores con empresarios nacionales e internacionales.

De allí que es necesario la difusión de todo nuestro potencial y que se reconozca que son producidos en el Perú. Sin embargo, esto no sucedió con el aguaymanto, fruto conocido como el capulí dorado o el Berry amarillo, que Colombia supo difundir como suyo y solo en el 2016 exportó por más de 23.6 millones de dólares. En tanto que, el Perú ese mismo año solo pudo exportar 2.5 millones de dólares. ¿A qué se debe el éxito colombiano? Pues nada menos que a las ferias, donde participan diversos productores, inversionistas locales y foráneos.

En la feria Expo Amazónica, informan los organizadores, se lograron acuerdos entre empresas japonesas con productores de comunidades de la Reserva Nacional Pacaya Samiria de Loreto. Han observado las bondades de jabones, aceites corporales elaborados de aguaje y desean adquirirlos y comercializarlos. En vista que el aguaje cuenta con altas concentraciones de betacaroteno, que ayudan a la salud.

Asimismo, el aguaymanto ofrece diversos beneficios, además de tener una textura de frescura cuando se le consume, ofrece antioxidantes, vitamina C que ayudan a contrarrestar enfermedades respiratorias y según varios especialistas es un cicatrizador y energizante natural. Un dato interesante para el inversionista es que este fruto no necesita tanta inversión como el arándano, también su corto periodo de producción se ubica entre  9 a 11 meses con un rendimiento de 14 a 18 toneladas por hectárea.

A la par con difundir en ferias las bondades de estos frutos, se requiere una cadena de producción, adecuado procesamiento, elaboración y presentación según requerimientos internacionales, además de cumplir con las condiciones de seguridad y sanidad necesarias.

La labor del Estado se ubica en ofrecer al productor proyectos de mejora de sus parcelas y productos que están sembrando, así como darles capacitación en tecnologías limpias y participación de posibles mercados, con el objetivo de incrementar los ingresos de las familias productoras al mejorar sus prácticas de siembra y cosecha.

Un aporte más del Estado serían las capacitaciones y alguna forma de adquisición de herramientas y tecnología necesarias, así como vías de comunicación y transporte. Es cuestión de esperar que se invierta en los frutos peruanos, pensando desde las familias que conforman este sector y que los esfuerzos de inversión podrían ser mayores.