Forjemos esperanza en la unidad
Forjemos esperanza en la unidad
La esperanza es el motor que mueve nuestros corazones y nuestras acciones. Es la energía necesaria que tenemos los seres humanos para levantarnos una y otra vez de nuestros fracasos; y es, a la vez, la fuerza que necesitamos para alcanzar los más nobles objetivos.
Y cuánta falta nos hace en estos momentos prender la luz de la esperanza en el Perú. Apenas si estamos en vía de superar una de las etapas más complicadas de nuestra historia.
Los peruanos logramos activar el mecanismo de sucesión democrática para instalar un Gobierno transitorio, que ha convocado un gabinete solvente desde el punto de vista técnico y político, el cual deberá tener como objetivo recuperar la estabilidad social y económica, y preparar unas elecciones generales transparentes.
Las reformas políticas ocuparán buena parte del debate en los próximos meses. Y está bien que así sea. El país debe expresar sus puntos de vista de manera democrática y propositiva antes que con bloqueos de carreteras y ataques vandálicos a bienes públicos y privados, como los que hemos visto en estos días.
La violencia extrema, los ataques incendiarios, no son expresiones de la política, sino del fracaso de esta. La política no es, ni puede serlo nunca, destrucción y muerte. Es antagonismo, contradicción, lucha, pero en los márgenes civilizados del respeto a la vida y con un objetivo superior: dirimir nuestras diferencias para llegar a un acuerdo.
Corresponde ahora a los partidos preparar y renovar sus cuadros para lo que se viene. Los líderes deberán conversar para confluir en propuestas, antes que en candidatos. Debemos superar la fragmentación en todas sus versiones, de derecha a izquierda, y organizar coaliciones sólidas con visión de futuro.
De ahí mi llamado a aprovechar este clima de esperanza que nos infunde la Navidad. Sé que serán muchos los tropiezos que tendremos que experimentar hacia una convergencia de objetivos por el Perú, ¿pero acaso no nos hemos caído ya tantas veces caminando separados?
Desde lo más profundo de mi convicción y amor por la patria, que me enseñó Fernando Belaunde Terry, renuevo mi compromiso por un Perú más justo, más democrático y unido, con la convicción y confianza de ayudar a construir un puente al futuro que conecte al país con la paz, la justicia y la prosperidad. Que el 2023 sea el año de la esperanza y la unidad. Dios bendiga al Perú.
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