Frenar el aumento de la temperatura
Frenar el aumento de la temperatura
Cada día sorprenden las noticias sobre incendios y temperaturas altas inusuales. Ello es producto de que el planeta sigue calentándose a pesar de acuerdos y acciones por parte de diversos países y sus pobladores.
Recientemente, el servicio climático de la Unión Europea (UE) alertó que el calentamiento global despuntó los 1,5 grados en todo el 2023, lo cual significa que las emisiones de carbono siguen subiendo. Esto se tradujo en sequías, olas de calor, incendios forestales y otros fenómenos naturales devastadores para poblaciones enteras. Junto a esta cifra récord, la superficie del mar también ha sido afectada con la aparición del fenómeno El Niño que agregó algunos grados al aire y que seguirá en esa tendencia este 2024.
Lo importante no se dice. Las actividades humanas siguen sumando con altos niveles de gases que calientan la atmósfera y por lo tanto el calor seguirá en las futuras décadas. Varios investigadores dan ejemplos de lo que sucedería si las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida Occidental excedieran un punto de inflexión: sería el colapso descontrolado y causaría la elevación de los niveles del mar durante los siglos siguientes.
Para frenar estas subidas, al menos en Europa existe un reglamento sobre el clima, en el que se pide que los países reduzcan los gases de efecto invernadero en un 55% hasta el 2030. De lo contrario, como afirma la Agencia Ambiental Europea el clima extremo, las olas de calor, inundaciones y sequías serán mas frecuentes en diversas regiones y ello traerá consecuencias económicas, de salud, en los ecosistemas y en el bienestar de los habitantes.
En el Perú, la situación también empeora. Un reporte de IdehPUCP sostuvo que uno de los impactos del aumento de la temperatura ha sido la reducción del ozono, con lo cual los rayos ultravioletas y de color azul afectan la piel de los peruanos, a ello se une que cada vez más las tierras se vuelven áridas en los campos lo cual pone en peligro la producción agrícola. Igualmente, los glaciares han sentido este impacto porque se han ido perdiendo, en un 54% en las últimas cinco décadas (Inaigem, 2018), afectando al sector turismo que ha visto reducido sus ingresos económicos. Otro recurso que sufre por el cambio climático es el recurso hídrico que antes lograba por medio del deshielo natural llegar a los ríos y rellenar los sistemas acuíferos. La falta de estas masas de agua en el subsuelo tiene consecuencias en el desabastecimiento de agua para actividades productivas, de energía y de consumo humano.
Esperemos que las organizaciones a cargo de velar el cumplimiento de normas que impidan que la actividad industrial siga incrementando la temperatura estén pendientes y frenen futuras consecuencias.
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