Gobernando desde el Olimpo

Gobernando desde el Olimpo

Boluarte pensó que el primer acto para cerrar la gigantesca brecha de infraestructura sería crear un ministerio especialmente dedicado a ello, como si seguir engrosando el aparato público fuera la solución mágica. Como sabía que la iban a criticar por crear un nuevo ente estatal cuando el clamor es que simplifique y reduzca el Estado, sin ningún análisis, estrategia o cronograma anunció, casi al azar, la fusión de ministerios, un tiro al aire que sólo ha recibido críticas porque todos defienden su sector.
El discurso de Boluarte no se condice con la realidad, nadie le cree. Es como si hablara desde el Olimpo sobre un país que nadie reconoce. Si lo que busca es mayor celeridad, optimizar recursos y reducir la tramitología, no puede garantizar que todos los trabajadores de los ministerios involucrados conservarán su trabajo y que el gobierno respetará su estabilidad laboral. Si los mantienes, se estarán creando dos entidades elefantiásicas y aún más burocráticas. Además, en la negada hipótesis que algunos despidos fueran imperiosos, habrá un costo adicional no presupuestado. Por ello, afirmar que la creación de un nuevo ministerio y la fusión de cuatro en dos no irrogará ningún gasto al erario, es un insulto a la inteligencia de los peruanos, una absoluta falacia. Toda reorganización implica gastos, si se va a despedir personal se gasta y si no se despide también, porque seguramente y a pesar de que lo nieguen, duplicarán funciones. Incluso aquellos con padrinos podrían promover un despido para luego recolocarse en otra entidad pública. Soy muy escéptica con este tipo de decisiones en manos de un equipo de advenedizos e ineptos, pero vivísimos cuando se trata de sacar ventaja.
Si realmente se busca un Estado eficiente que promueva la inversión privada, deberían desaparecer el MINAM y que cada sector tenga su propia Dirección de Asuntos Ambientales. El nivel de sofisticación casi ridícula al que llega MINAM, con respecto a las exigencias para aprobar los instrumentos ambientales solo retrasan y encarecen proyectos relevantes y tiene como reverso de la medalla a las actividades rapaces de la minería y la tala ilegal. Paradoja inaceptable que refleja que somos dos países en uno: el mundo legal/formal perseguido por Sunafil, Sunat, fiscalizadores y reguladores y, el submundo ilegal/informal, intocable, protegido por su propia peligrosidad, donde prima la ley del más fuerte y que sigue creciendo indiscriminadamente ante la absoluta incompetencia del gobierno.
La promoción de la cultura no necesita un ministerio. El INC –cuando dependía de Educación– era mucho más eficiente hasta en el tema de los CIRA, pero Boluarte le tiene miedo a esa cueva de progres, ni los menciona. Parece que aún no ha aprendido que los caviares no tienen palabra ni saben guardar lealtad.
Fusionar Mincetur con Produce y trasladar las oficinas comerciales a Cancillería, sería un absoluto despropósito, un retroceso. Lo único que tienen en común los diplomáticos con los directores comerciales es que realizan su trabajo en el exterior, nada más. Hay casos aislados en los que por fortuna tienen buena relación y realizan un excelente trabajo conjunto, pero en la mayoría, los celos y la envidia presupuestal, los separan. Podría ser muy desgastante y nuestro país el gran perdedor.
¿Por qué arriesgar el desempeño de dos sectores claves para la generación de ingresos del país? Tenemos la tasa más alta de crecimiento del sector exportador en la región, además de 22 TLC y 6 en camino, con un inmenso potencial. El turismo, golpeado por la pandemia, está recuperándose sostenidamente. No solo hay que mantener Mincetur, sino fortalecerlo. El regreso de Mathews sería una jugada maestra.

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