¿Gobierna Dina Boluarte?
¿Gobierna Dina Boluarte?
Lo peor ya pasó. Vale la pena repetirlo para que nadie olvide que el régimen de Pedro Castillo, el venal profesor ligado a Movadef, fue lo más dañino que le ocurrió al Perú en sus 200 años de República. Quienes negaban todas las imputaciones conocidas en la campaña electoral y miraban de reojo la clara corruptela, incluyendo a los grupos que lo llevaron al poder, hoy lo critican abiertamente. Más vale tarde que nunca. No obstante, Castillo tiene cierta aprobación.
La presidenta Boluarte logró capear la revuelta de inicios de año promovida por la extrema izquierda. El precio fue alto, cerca de 60 muertos, algo lamentable pero que estuvo bien planeado por la cultura de la muerte que impulsa el Movadef. Organizaciones de DD.HH. ya se encargaron de difundir una versión sesgada de los hechos en el exterior. El gobierno de Boluarte demostró impericia en el manejo de estos sucesos.
Apareció poco y no respaldó abiertamente a las FF.AA. Trató de pasar ‘solapa’ y nunca explicó al país que el Movadef, estaba detrás de la toma de aeropuertos. No gobernó. Lamentablemente, el terrorismo usa a los fallecidos como piedra de toque para su acción política, preparando la llamada ‘toma de Lima’. Y el régimen no hace nada para frenar la violencia social que hay en el sur, especialmente en Puno.
El Ejecutivo no hace alianzas para gobernar sino para permanecer en el cargo. Sabe dios qué acuerdos habrá pactado con sus excompañeros de ruta. En vez de formar un verdadero equipo de gobierno, deslindando de la trapacería de la cual formó parte, Boluarte solo busca sobrevivir. Sus ministros son grises y no dan fuego.
Pronto el gobierno tendrá seis meses en el poder. A juzgar por la actuación de la mayoría de su gabinete, es claro que no da pie con bola en Salud, Interior, Energía por citar algunos. No se anima a renovarlos. Solo quiere gente ‘leal’, vinculada a su entorno familiar. Sin una política clara de Salud nos hundiremos en el dengue más profundo. La población viene de soportar los estragos del fenómeno del Niño. Tras cuernos palos. Imaginará el lector lo que esos peruanos piensan de la democracia y de este régimen.
La inversión privada decae porque no hay confianza en Boluarte. Viene de dos años de caída acumulada. Cierto es que Castillo fue la ruina del Perú. Pero un gobierno con metas y objetivos puede procurar una sensación de futuro, tarea primordial. Probablemente no tenga el equipo adecuado para impulsar la inversión pública, para cerrar las brechas de infraestructura y gestionar con eficiencia nuestros recursos. Proyectos no faltan. Gestión del gasto público, sí.
El Perú espera el despegue de la minería. Pero el Ejecutivo no se interesa por ello, encima tiene el problema del radicalismo en el sur. Boluarte no se anima a convocar a gente con cierta preparación. La ministra de Salud es un desastre, encima ligada al ‘Lagarto’ Vizcarra. Nunca debió convocarla. Pero ahí está, sin resolver nada.
El pasmo de Boluarte tiene que resolverse pronto. Si no, le pasará la cuenta. El Congreso no puede vacarla. No hay votos. Esto debería servirle para dejar definitivamente atrás la inútil ideología con la que llegó a la vicepresidencia. Se requiere acción, iniciativa, un golpe de timón. La factura siempre llega.
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