La Junta Nacional de Justicia (JNJ) destituyó de un plumazo a la ex Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, por declaraciones de su asesor, Jaime Villanueva. Los cuestionados miembros de esa sospechosa organización, considerados por la opinión pública como sujetos todopoderosos que han secuestrado -y transformado en una suerte de Tribunal de la Inquisición al ente ideado por el corrupto Martin Vizcarra para manejar la Justicia de este país. Los miembros de la JNJ son partidarios de que, en el Perú, la Justicia NO esté, precisamente, al servicio del ciudadano, sino a órdenes de ciertos intereses bastardos, ajenos al Estado peruano y ligados, claramente, a esa marimorena caviar, que insiste en dominar con mano de hierro los poderes del Estado. Empezando por administrar Justicia a través de jueces y fiscales designados bajo su control, a través de una Junta Nacional de Justicia capaz de destruirlos sin expresión de causa, en caso no acaten sus ucases; o asimismo, usándolos como medios para imponer el chantaje político, a efecto de consolidar su señorío en todos los vericuetos del Estado.

Es decir, la primera prioridad de la progresía caviar es mantener a la Justicia bajo su mano férrea. Para eso necesita controlar a la Junta Nacional de Justicia, órgano desde donde selecciona a todos los postores que se presentan para magistrados del poder Judicial y de la Fiscalía. Luego los califica y los elige; y, finalmente, tiene el suficiente poder para despedirlos a su libre albedrío; El control de la Justicia es, entonces, vertical y absoluto. Los integrantes de la JNJ dominan el escenario político-judicial, aprovechando que nuestra ralea política no imita, precisamente, a la Madre Teresa de Calcuta; sino, más bien, a satán. Por eso, los fiscales y jueces están siempre listos para abrirle investigación a aquellos políticos que ignoren las órdenes de los miembros de la JNJ. Por si fuera poco, los caviares que controlan la directiva de la JNJ, manipulan a la prensa caviar, antes conocida como “la gran prensa” o prensa venal, recibe información privilegiada de fiscalías y juzgados, con el propósito de manipular los procesos judiciales según las instrucciones que le dicte la JNJ. Vale decir, el círculo vicioso completo. En síntesis, la ley de la mafia rige en nuestro Estado. Pero hay más intríngulis alrededor de esta mafiosa organización. Es evidente que el caso de la mafia Gorriti-JNJ guarda similitud con el proceso a Pedro Pablo Kuczynski, a quien acusaron -y así está denunciado en su proceso judicial- de ser cabeza de una organización criminal, compuesta por él, su socio chileno, su secretaria y su chofer. Así lo propuso la Fiscalía y lo ratificó el juzgado. Por tanto, el Ministerio Público deberá aplicar el concepto organización criminal a la demanda que provocará la acusación fiscal contra Gorriti, a quien se le imputan gravísimos delitos como tráfico de influencias y usurpación de funciones. Otrosí. El concepto organización criminal fue estrenado por la Fiscalía, como la Judicatura, a raíz del escándalo Lava Jato.

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