Gracias, PNP, ¿y las FF.AA.?
Gracias, PNP, ¿y las FF.AA.?
La pretendida y mal llamada Toma de Lima no fue tal debido a la impecable actuación de la Policía. El objetivo del vandalismo limeño era tomar el poder e instaurar un régimen totalitario con Asamblea Constituyente, violando el estado de derecho. La PNP no usó siquiera perdigones y estuvo a la defensiva controlando a las hordas violentistas.
Sendero Luminoso está detrás de estas protestas, queda clarísimo. Ante la falta de adeptos para su causa destructiva ha tercerizado la violencia. Trajeron gente del sur del país, pagándoles 200 soles, el transporte, la estadía y 40 soles diarios. El dinero lo aporta el narcotráfico, la minería ilegal, los antisistema. En Lima contrataron a hampones profesionales, similar a los que vimos en las marchas contra Manuel Merino. En ambos desmanes se usó pirotécnicos.
Resulta absurdo separar manifestantes ‘buenos’ de los delincuenciales. Comparten las consignas y se benefician del mismo financiamiento. Esa falsa división parece ser una táctica senderista repetida cándidamente. ¿Vieron a Bermejo o a Bazán manifestando?
La barbarie de Lima y de provincias fue preparada anteladamente. 18 meses de gobierno de Castillo potenciaron su organización. Tuvieron dinero, prefectos, congresistas, consejos de ministros descentralizados donde armaban el aparato subversivo, machacaban el odio de clases, la animadversión contra Lima, envenenando. Sendero estuvo como pez en el agua.
La fallida Toma de Lima no excluyó a los departamentos del sur. En medio del terror muchos ciudadanos se preguntaron: ¿por qué no salen los militares? Estuvieron en el ataque al aeropuerto de Ayacucho y luego salieron de escena. El jueves tuvieron una presencia menor, alguna en el norte de Lima y en Arequipa donde la Policía tuvo un arduo trabajo para recuperar el aeropuerto. El ministro de Defensa dijo que están defendiendo los activos estratégicos.
Hay dos hipótesis, Boluarte no los llama porque no quiere más muertos. O los uniformados no salen porque piden se les garantice que no habrá juicios como en los 80. Hasta ahora los padecen. Ambas resultan perjudiciales para esta guerra y con seguridad las conoce la subversión. También circula la peregrina idea de dejar que la violencia prospere y asi la población clamará por la presencia militar. Recordemos que, en Chile, el presidente Piñera no contó con el apoyo de las FF.AA. y tuvo que tranzar con la Constituyente.
La Policía no puede usar las armas que le permite la ley. Orden del gobierno. Las FF.AA. bien pueden estar en los aeropuertos vulnerables del sur, advirtiéndosele masivamente a la población que han tomado esas zonas y que quienes atenten contra las instalaciones serán repelidos por las FF.AA. También estar en las carreteras. La subversión practica la llamada guerra de la pulga. Ataca por todos los lados, simultánea y coordinadamente. Un acoso permanente.
Además, estamos en un estado de emergencia descafeinado. No se cumple. Los terroristas actúan sin problemas. En Puno no funcionó el toque de queda. La Policía sabe quiénes son los cabecillas pueden detenerlos y allanar inmuebles, hay emergencia. Pero el gobierno no da la orden. Boluarte sabe que el estado de derecho está amenazado. Después de 30 años, repetimos la violencia de los 80. Con otro rostro, pero igual de salvaje. No depende del gobierno, Sendero quiere más sangre, más muertos. La presidenta debe dejar sus dudas, que repase lo ocurrido en Bolivia.