Hacia una transición bio y circular

Hacia una transición bio y circular

Europa se alista para tener una industria circular y biológica para el 2050. El anuncio lo dieron en setiembre pasado, y este año las empresas se preparan para adecuarse a la bioeconomía como una solución para impulsar a este continente y convertir sus actividades industriales climáticamente neutras, sostenibles, resilientes y competitivas.
El acuerdo involucra a grandes empresas líderes en la investigación biotecnológica e innovación. Para ello se han propuesto principios a respetar, entre ellas convertir a la bioindustria en un sector estratégico dentro de la transición verde y digital; incrementar los suministros de biomasa sostenible, así como establecer incentivos para fabricar y utilizar productos y materiales de origen biológico.

Apenas hace medio año, el Parlamento de la UE legisló para reglamentar los envases y residuos de envases no reciclados con el fin de minimizar el impacto ambiental en la economía y la sociedad, en vista que se genera más de 2.200 millones de toneladas de residuos anuales.

En este caso la economía circular frena en cierta medida el cambio climático, con lo cual también se reduce la dependencia en energía y materias primas. De esa manera, se impulsa el rediseño de productos con enfoques sostenibles, que estimulan la innovación y el crecimiento económico. Una de las preocupaciones de la UE es reformar el mercado eléctrico con las energías renovables, así como reducir los residuos y microplásticos.
Uno de los mayores obstáculos en el camino hacia la reducción de la huella ecológica de la Unión Europea son los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), pues menos del 40 % se reciclan.

Según un informe de Robbins (2023) los fabricantes presionan para introducir sus productos de base biológica como materiales basados en plantas, hongos y microbios al mercado. Al menos en EEUU la empresa Genomatica ofrece una alternativa al nailon con similares propiedades, la ventaja es que es a base de plantas hecho mediante la biosíntesis y donde un microorganismo descompone los azúcares de las vegetaciones. Según el autor, el gobernante americano impulsa la biotecnología y biofabricación al ofrecer $2 mil millones en apoyo.

Como resultado, las naciones se orientarán a la bioeconomía debido al impacto negativo del plástico en nuestras vidas, es por ello que cada vez más los países asignan fondos para acelerar la transición de productos biodegradables y la economía circular, dando lugar a la bioeconomía.

Para que en Latinoamérica, la transición se fortalezca es necesario que se establezcan políticas claras, porque se están perdiendo importantes ventajas de la bioeconomía como es el caso de fortalecer los sistemas alimentarios y que a su vez transforman aquellas zonas rurales al generar empleo, estabilidad económica y desarrollo.

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