El nivel de inflación nacional (anualizada) no cede, se ha colocado a un “cachito” del fatídico 8% (7.99%), debido a que en el mes de mayo fue de 0.31%, “por encima de tasas habituales para este mes” según señala Juan Carlos Odar de Phase (1/6/23), mientras que la inflación de Lima Metropolitana (IPC), que es el referente del BCR, se situó en 7.89%, a leguas del rango meta entre 1% y 3%.

Julio Velarde, presidente del BCR, desde el Cusco indica: “Todo parece indicar que alimentos se corregirá este año. Perú junto con Filipinas y Rusia, son tres países emergentes donde pesan más los alimentos (casi 38%). En EEUU y Suiza casi no representan tanto. Si sube el trigo, el precio del pan en Suiza casi no sube… Hemos tenido la mala suerte este año de la gripe aviar. El precio del pollo ha subido treinta y tantos por ciento… huevos ha subido más de 40% en lo que va del año. Pollo se supone que se corrige… en los próximos dos o tres meses” (2/6/23).

Sin embargo, la llamada inflación subyacente, que no contempla el alza de los alimentos y energía, cuyo monitoreo es uno de los principales desvelos del BCR, porque revela el efecto inercial de los precios, acumula un crecimiento anualizado de 5.11%, también, por encima del rango meta. Asimismo, Eduardo Jiménez de Macroconsult confirma que hay presiones también por el lado de las expectativas, que llevaría a los negocios a mantener precios altos esperando que sus insumos suban, como lo que sucede con el precio del huevo o el aumento del precio del menú, “…aún hay ajustes de precios, que es la típica inflación por expectativas” (2/6/23). Tanto así que la encuesta mensual del BCR (mayo) sobre las expectativas macroeconómicas revela sobre la inflación en el 2023 se sigue elevando, de 4.9% de abril a nada menos que 6% en mayo, sumamente lejos de la valla de 3% del instituto emisor. Mientras los analistas consultados en la misma encuesta, con la camiseta del “central” puesta, viven en el metaverso: 4%. Es decir, las 283 empresas encuestadas los han “aterrizado”.

Durante mayo, el 78% de la inflación del IPC (Lima Metropolitana) se explica en un 60% por el rubro Alimentos y Bebidas, debido al incremento en el precio del tomate 37.2%, cebolla 17.1%, bonito 14.9%, entre otros. El rubro Restaurantes y Hoteles explica el otro 34% de la inflación del mes, debido a un aumento en los menús de los restaurantes (Credicorp).

Por otra parte, las expectativas empresariales de crecimiento se mantienen en el tramo pesimista (debajo del 50%), a tono con la recesión técnica que atraviesa el país, es decir, dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo. El nivel de ventas sigue bajando desde marzo a mayo. Al respecto, Velarde comentó: “Hay una recuperación de la confianza, pero muy lenta. ¿Cómo recuperar esta confianza? Se ha deteriorado mucho en los últimos años.

El optimismo que teníamos, incluso hasta el 2017, 2018, se ha ido deteriorando fuertemente”, añadiendo que “el covid nos golpeó fuertemente. Tuvimos uno de los confinamientos más estrictos, sin una red de protección social, la gente se comió su capital de trabajo para sobrevivir. El pequeño comerciante, el informal, se comió su capital, se empobreció. El que había salido de la pobreza, regresó a ella” (2/6/23).

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