Innegable éxito antiizquierdista latinoamericano

Innegable éxito antiizquierdista latinoamericano

El triunfo de un outsider, además de excéntrico como Javier Milei –quien hasta ayer fue candidato presidencial a la segunda vuelta disputada entre él y el aún ministro de Economía de Argentina, el peronista Sergio Massa– tiene un efecto enorme para la región. La presencia de un personaje polémico como Javier Milei –conocidos sus modales y personalidad extravagantes ante una sociedad culta como la argentina; aunque mal acostumbrada a una política facilista instituida hace siete décadas por el fundador del partido Justicialista Juan Domingo Perón– transformará radicalmente el panorama regional. Sin discusión Milei consiguió convertirse en deidad, gracias a su comportamiento valientemente antiperonista. Y con ello logró lo inimaginable: sacar del poder al asistencialismo peronista responsable de la gran miseria derivada del dispendio estatal en subsidios y prestaciones sociales. El peronismo personifica el fracaso del asistencialismo. Hecho que se convirtió en el mantra de una oposición contestataria representada por Javier Milei, permitiéndole aquello disputar una elección –en primera y segunda vuelta– nada menos que contra el candidato peronista, y aún ministro de Economía de una coalición megaasistencialista forjada por fanáticos peronistas, como Sergio Massa, actual ministro de Economía del gobierno peronista que dirige Alberto Fernández e incluye a la ex mandataria Cristina Kirchner, otra populachera de campeonato autodeclarada heredera del justicialismo peronista. ¡Pero como ocurre en todo país irresponsable, al final del día sobrevivir de los subsidios y las dádivas del gobernante de turno, desemboca en el caos! Es decir, en aquel estado de quiebra por el que hace años atraviesa Argentina, en desmedro de sus ciudadanos. Hasta que apareció el Mesías Milei para poner los puntos sobre las íes, por más intragable que resulte el agrio remedio que propondrá.

¡Con el triunfo de Milei Latinoamérica ha consolidado un avance en su épica lucha contra el comunismo! El primer país que mostró tener suficientes agallas y solidez moral para vencer a la amenaza marxista –que quiso secuestrar la región entera– fue el nuestro. ¡Perú le paró los machos sacando fuerzas de flaquezas! Aunque el gobierno que se instaló, por disposición constitucional, no responda a una línea de corte necesariamente anticomunista, el marxismo perdió la ocasión de secuestrar este país gracias a la solidez de las fuerzas centristas en el Congreso, a la Fiscal de la Nación, a las Fuerzas Armadas y a la población organizada. Ecuador tuvo otro comportamiento de notable pundonor; siguieron las elecciones en Paraguay. ¡Y el domingo, el turno más sonado fue el de Argentina tras el triunfo de Javier Milei con 54% de los votos, contra 44% del peronismo!

¡No cantemos victoria, pero tampoco perdamos las esperanzas! La fragilidad de la coyuntura latinoamericana sigue siendo de alto calibre. La política centrista tiene una responsabilidad fundamental en perseverar en este camino plagado de espinas, hasta acabar expectorando al comunismo del resto del subcontinente. El Centro y la derecha peruana tienen un enorme trabajo común: conseguir formalizar un frente cohesionado, formado por la mejor gente. ¡Y esta vez nadie deberá negarse a poner su conocimiento al servicio del Perú!

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