La agenda 2030 y el plan estratégico nacional
La agenda 2030 y el plan estratégico nacional
En la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 25 de septiembre de 2015, se aprobó por la Resolución A/70/L1 la llamada Agenda 2030, titulada “Transformar nuestro mundo; la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible”.
La Agenda en cuestión tuvo como antecedente los “Objetivos de Desarrollo del Milenio” (ODM) con ocho metas de desarrollo que se establecieron el año 2000 por la ONU para el período que culminaría el 2015.
Posteriormente en el año 2022, en el (des)gobierno de Pedro Castillo, el Perú suscribió con las Naciones Unidas (ONU) el Marco de Cooperación para la aplicación nacional de la Agenda 2030.
En simultáneo, en nuestra patria, se encomendó al Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN) preparar el “Plan Estratégico de Desarrollo Nacional al 2050” el que fuera aprobado por Decreto Supremo N° 095-2022-PCM y posteriormente actualizado por el mismo CEPLAN, actualización que fue aprobada en el actual gobierno por el Decreto Supremo N° 103-2023-PCM cuya Primera Disposición Final lo consigna como “El Plan Estratégico de Desarrollo Nacional al 2050 es el instrumento de planeamiento estratégico que define las prioridades nacionales del país y … es concordante con la elaboración de la programación multianual presupuestal”.
El plan nacional al año 2050 recoge la Agenda 2030 de la ONU, probablemente sin percatarse de que no por ser de las Naciones Unidas es absolutamente seria, impoluta y sin sesgos ideológicos, pues somos muy confiados.
Peor aún, deben ser muy pocos los que conocen el contenido de la Agenda 2030 y menos aún los que han revisado el Plan Estratégico preparado y actualizado por CEPLAN, por lo que sería muy conveniente que en ejercicio de la acción fiscalizadora del Congreso se tome conocimiento de todo ello para exigir al Poder Ejecutivo los cambios correspondientes.
Igualmente deberían revisar dichos instrumentos las agrupaciones políticas que desean participar en las elecciones del año 2026 a fin de no ser inducidos a error en sus planes gubernamentales.
Creemos que nadie o muy pocos dudan de la necesidad de planificar el desarrollo, pero tiene que ser transparente y sin sesgos ni parcializaciones para tener una ruta de desarrollo que conduzca al bienestar de toda la población y sin distingos.
Cabe señalar que ha sido Giuliana Caccia quien nos ha puesto en guardia por el contenido de la Agenda 2030 y el Plan Estratégico de Desarrollo Nacional, que según CEPLAN acoge por lo menos el ochenta por ciento de la citada Agenda. La señora Caccia, con sus asociados y colaboradores, ha puesto empeño en el asunto, alertándonos a través de sus entrevistas, pero principalmente en su libro “Agenda 2030 en el Perú”.
En sus conclusiones, Giuliana Caccia expresa que se pretende una nueva “cosmovisión”, y el Perú se somete “a la agenda de género de los derechos sexuales y reproductivos … y del aborto … deben tener como prioridad el enfoque de género”. Agrega finalmente que en dichos documentos hay una “visión parcial de la labor de la Policía y de las fuerzas del orden, resaltando únicamente sus carencias y problemas”.
¡Estamos advertidos!, aunque felizmente hoy contamos con un Canciller y un representante ante la ONU, que no se les escapan las tortugas rengas.
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