La anemia y desnutrición infantil: un problema no resuelto

La anemia y desnutrición infantil: un problema no resuelto

La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado señala nuestra Carta Magna en su artículo 1° y en su artículo 4° prescribe que la comunidad y el Estado protegen especialmente, al niño y al adolescente. Asimismo, la Convención sobre los Derechos del Niño señala que "Los Estados partes reconocen el derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado".

La Declaración de los Derechos Humanos prevé que las personas deben disfrutar de los derechos que contiene. Por su parte, el Código de los Niños y Adolescentes establece que corresponde al Estado desarrollar los programas necesarios para combatir la malnutrición, priorizando a los niños y adolescentes en circunstancias difíciles.

En razón a ello se considera que el hambre y la desnutrición vulneran un derecho humano asociado directamente a la vida y la superación de la pobreza. El derecho a la alimentación se encuentra recogido en los tratados internacionales y regionales jurídicamente vinculantes, reconocidos en las constituciones y principios generales del derecho.

El Estado Peruano asumió en los últimos años una serie de compromisos para reducir la anemia y desnutrición infantil, pero durante el gobierno del señor Pedro Castillo no se implementaron estrategias o políticas de Estado al respecto.

Tampoco se actualizó el "Plan Nacional para la Reducción y Control de la Anemia Materno Infantil y la Desnutrición Crónica Infantil en el Perú: 2017-2021" que culminó el 2021 y se encuentra bajo la rectoría del Ministerio de Salud.

Lo preocupante es que los índices de anemia aumentaron de 38.8 % (año 2021) a 40.9 % a nivel nacional (año 2022). La desnutrición crónica infantil subió de 11.5 % a 11.6 % en similar periodo. Es decir, las metas no se cumplieron en perjuicio de nuestros niños, según ENDES 2022.

La anemia es una enfermedad silenciosa que afecta a las poblaciones vulnerables y se agudiza en la infancia por las desigualdades económicas, sociales y culturales. En otras palabras -y las cifras son claras- el gobierno de Pedro Castillo se olvidó de los más pobres.

Cabe mencionar que políticas extremistas basadas en ideologías de más de un siglo de distancia y aplicadas con resultados nefastos se ha pretendido imponernos y como consecuencia se han traducido en el incremento de la anemia y desnutrición infantil.

En un contexto de inestabilidad política, es importante colocar los problemas de la anemia y desnutrición infantil en la agenda política. Si me permite sugerirle, señora Presidenta, Dina Boluarte:

1.- Reactive la Comisión Interministerial de Asuntos Sociales – CIAS.

2.- Minsa: Actualice el "Plan Nacional para la Reducción de la Anemia 2017-2021".

3.- Dote a los Gobiernos Regionales y Locales de presupuesto y un marco normativo que les permita trabajar los programas de prevención para disminuir los índices de anemia y desnutrición infantil.

4.- Debe continuar dos actividades del Programa Presupuestal Articulado Nutricional: "Comunidad accede a agua para el consumo humano" y "Población informada sobre el cuidado infantil y prácticas saludables para la prevención de anemia y desnutrición crónica infantil".

De ese modo se articularía el trabajo en los tres niveles de gobierno: nacional, regional y local. Nuestros niños son el presente y el futuro del Perú, y está en sus manos, señora Presidenta, el velar por el cumplimiento de sus derechos.

Por Edith Pozo Martínez 

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