¿La billetera vacía podrá más que la ideología?

¿La billetera vacía podrá más que la ideología?

Por Francisco Calisto Giampietri

Tengo aún el vívido recuerdo de aquella fábula del pastorcito mentiroso (y que premonitoria o coincidentemente se llamaba Pedro), es así que éste gritaba, “viene el lobo, viene el lobo” y presurosamente venían a auxiliarlo, mientras él se divertía ante la reacción de los timados vecinos, hasta que llegó el día en el que el hambriento animal llegó y ninguna oveja dejó, mientras los desaforados gritos del pastorcito eran ignorados por su comunidad. ¿Alguna similitud con lo que pasa en nuestro país hoy?, pues temo decir sin temor a equivocarme que nuestro Congreso nos ha puesto en una similar situación, la falta de visión política y situacional hizo prevalecer por segunda vez los egos, ante el análisis estructurado y la construcción de un escenario prospectivo. Es que, ¿en algún momento previo a los procesos de vacancia nos detuvimos a analizar si se lograría el objetivo? ¿Una dizque derecha desestructurada, sin coordinación previa, creyó que el imperio de la razón se sobrepondría ante la defensa de un régimen cada día más devaluado? Sostengo que no.

Empero, la suma de desaciertos que pareciera se esmerara el Ejecutivo en cometer, nos lleva a una desubicación tal que si pudiéramos graficar en una curva, esta tendría una tendencia exponencial pues no hay día que no sigamos aumentando la pendiente ascendente de la misma. Acá vendría la natural interrogante, ¿cuándo llegaremos al punto de inflexión de tan desacertada tendencia en la gráfica? Considero que, apelando a la parte inicial de este escrito, la sucesión de pedidos de vacancia logrará más allá del efecto “pastorcito” entre los peruanos, fortalecer al desacreditado régimen, que es un ferviente promotor del enfrentamiento entre los ciudadanos que debería defender, y se sostiene entre otras cosas proyectando su imagen de victimización a la que el ex usuario del sombrero permanentemente recurre en plazas y parques.

Hoy el hartazgo al que ha llegado el pueblo, que ve su economía cada vez más afectada por las acciones o inacciones del sindicalista básico de la casa de Pizarro, ha llegado a un punto de ebullición que ya lleva en su haber más allá de destrozos en propiedad pública y privada, víctimas mortales que lamentar, el pueblo al que dice el representar, ¡¡¡ya se hartó!!!! Ese pueblo al que le preconizaban en campaña electoral saldría de su pobreza apelando a la riqueza del país, ve en un hecho fáctico que el costo de vida casi se ha duplicado y que el dinero simplemente no alcanza, es entonces que la ideología socialista la cual esgrimía con fervor desenfrenado y en contra de la economía de mercado que nos dio la estabilidad de la que nos vanagloriábamos, va quedando atrás, ante la famélica billetera y el hambre de sus familias, a contramano de lo que el dicho popular reza: “Billetera mata a galán”, la triste situación nos llevaría a afirmar que “Billetera vacía mata ideología”. ¿Es que el pueblo, el mismo al que apelan constantemente hará el trabajo que el Congreso no pudo hacer? Yo creo que sí, porque ese pueblo no tiene que defender su sueldo mensual y gollerías sentado en un escaño, porque ese pueblo ¡¡¡ya se hartó!!!!!

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