La coyuntura política en refranes

La coyuntura política en refranes

Sabios refranes pasaron de generación en generación, gobierno tras gobierno, dejando enseñanzas que debieron llevarnos a reflexionar. Lamentablemente, ante el caos existente, parece que no aprendimos nada.
No aprendimos a llamar a las cosas por su nombre, al pan, pan, y al vino, vino. Corrupción es corrupción, sin ninguna justificación. Si tuviéramos un buen sistema de justicia, estaríamos seguros de que el que la hace, la paga. Corrupto y corruptor serían juzgados sin distinción, sin importar apellidos ni cuánto dinero o poder tienen. La corrupción es un maligno virus que no nos permite avanzar.
Los caviares, hábiles en tirar la piedra y esconder la mano, son parte responsable del “despelote” existente. Operan tras bambalinas, coludidos con sus “pupilos” ubicados en la cúspide del Ministerio Público, la JNJ, el Poder Judicial, el JNE, la ONPE y un importante sector de la prensa, de quienes se valen para defender sus intereses y salirse con la “suya”.
Esta perversa alianza, haciendo uso y abuso de su poder, ha judicializado la política, lo que les permite perseguir, acusar y hasta llevar a prisión a sus adversarios para neutralizarlos. También habrían impedido que Keiko Fujimori, a la tercera, venciera en las elecciones del 2021.
A lo hecho, pecho; de nada sirve lamentarnos y conformarnos con lo que dejamos hacer y pasar. Tenemos que reaccionar enfrentando con firmeza a quienes, sin respetar la Constitución y las leyes, abusan del poder conferido. No podemos seguir poniendo a mal tiempo, buena cara. Los indiferentes prefieren no meterse y dejar a cada loco con su tema.
De tal palo, tal astilla. El gobierno de Castillo/Boluarte es parte del mismo tronco sostenido por la mano titiritera del prófugo Cerrón, quien, escoltado por Bermejo, Bellido y toda la izquierda “unida”, caminan juntos por el mismo sendero con poca convicción y mucha conveniencia. Dina, ante las evidencias que la podrían implicar, parece protegerlo; asume las consecuencias sabiendo que el que calla, otorga.
Dios los cría y ellos se juntan. Sólo algunos partidos políticos parecen entender que, si no forman buenos cuadros dentro de su militancia, estarían dejando el camino libre para que gobierne una opción radical. La lamentable experiencia de Acción Popular, que cayó en manos de indeseables, pudo destruir el partido del arquitecto Belaúnde. Ahora se suma el Podemos de Luna, que se “fortalece” incorporando a los “mejores” cuervos que llegan después de intentar sacarle los ojos a los partidos por los que fueron elegidos.
Más vale prevenir que lamentar. Estamos advertidos. Si no queremos más de lo mismo, los partidos políticos deberán escoger mejor a quienes los representarán en 2026 y los ciudadanos tendrán que aprender a elegir. Recordemos que camarón que se duerme… amanece en el chifa.

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