La importancia del derecho para los peruanos
La importancia del derecho para los peruanos
En el Perú, mirando nuestra penosa coyuntura nacional, está claro que la política quiere subordinar al derecho, y eso me preocupa mucho. Por esta razón, quisiera referirme al derecho como ciencia para comprender el valor de su cualidad en la vida social interna e internacional del país. Para ello, no puedo dejar de formular la pregunta siguiente: ¿Qué es el derecho? Para responder, es necesario despojarnos de aquello que colude contra la naturaleza del derecho, es decir, la subjetividad –hoy debemos llamarla prejuicio o ideología–, que es la grieta para creerlo como se quiera, casi a la carta, olvidando sin reparos que el derecho no es lo que creemos o queremos, sino lo que realmente es. Si el derecho, que es una ciencia social, porque el hombre es su objeto central en la vida de relación con los demás, fuera lo que nos antojamos, entonces solo sería un vil instrumento al servicio de los intereses individuales y del capricho, cuando lo excelso del derecho es que yace al servicio de la sociedad, que lo cuenta como su mayor instrumento de regulación del pacto social, siempre pensando en la justicia como su fin último. De allí que, si el derecho no persigue la justicia, advierto, entonces, que terminará consumado como un vil instrumento del poder, y ya sabemos que el pueblo, que lo cuenta por antonomasia, entra en ira cuando el derecho se aleja del verdadero poder por los demás. Ahora bien, el derecho jamás es lo que nos convenga. Nada de eso. Para comprender al derecho en su exacta dimensión, hay que circunscribir nuestras acciones de la vida social a sus métodos –los que no lo hacen casi siempre quedan desbordados, y quedan envueltos en la febrilidad de sus necios objetivos y hasta lo creen correcto–, el único camino para crearlo son sus fuentes, la génesis para producir el derecho serio y garantista, y solamente así obtendremos el derecho que es, o que debe ser, y no el derecho que quiero que sea, que es lo mismo que del antojo, que por supuesto no es derecho. Cuando se crea derecho –nunca se inventa–, aseguramos para la vida social que nuestros destinos quedan en manos de la norma jurídica y no para depender de ellas, sino para protegernos por el imperio de su regulación y así nos libramos de aquellos que solo ven al derecho como instrumento para sus dividendos. Ese es el sentido de la ley, es decir, regular la vida social produciendo resultados jurídicos y no resultados ideologizados. El derecho es ajeno a los actos empíricos, que son los del azar, y distintos de los actos fácticos que, como los de iure, son siempre derecho, porque su marco es la realidad juridizada. Solo así el derecho será una completa garantía para la vida social de los peruanos.
(*) Excanciller del Perú e internacionalista
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