La institucionalización de la ciencia política en América Latina

La institucionalización de la ciencia política en América Latina

El artículo aborda la institucionalización de la ciencia política en América Latina, destacando la influencia de la historia política y los regímenes en su evolución. Se identifican tres grupos de naciones: los “grandes” (Argentina, Brasil y México), países en progreso (Chile, Colombia, Costa Rica, Uruguay y Venezuela) y el resto con desafíos democráticos. Se resalta el papel de eventos históricos, como la migración de investigadores debido a regímenes autoritarios.

Se analiza la dependencia de la ciencia política respecto a la oferta académica de los países grandes, el mercado laboral y factores culturales y de globalización. Se concluye que la premisa cultural es determinante en todas las aproximaciones académicas, pedagógicas, sociales o metodológicas. Altman destaca la necesidad de instrumentos para evaluar la calidad de la oferta programática, relacionada con la cultura política de cada país.

Introducimos el presente artículo desde una experiencia personal en la Universidad Mayor de San Andrés en Bolivia, donde se observaron elecciones de Directores de Carrera de Ciencia Política con un solo candidato producto de una “mega alianza” de frentes. Ese particular fenómeno condensa una historia de institucionalización de la ciencia política, así como variables sus variables culturales.

Un análisis exhaustivo de la institucionalización de la ciencia política en América Latina requiere considerar múltiples dimensiones, incluyendo aspectos epistemológicos, académicos, financieros, laborales, corporativos y de responsabilidad social. Sin embargo, en este ejercicio nos centraremos en la premisa histórico-cultural de su constitución, ya que esta subyace a las demás dimensiones mencionadas. Esta premisa cultural es crucial para comprender la situación de la autonomía de la ciencia política en América Latina.

David Altman, en “La institucionalización de la ciencia política en Chile y América Latina: una mirada desde el sur”, ofrece una visión panorámica del desarrollo de la ciencia política en la región. Destaca que los procesos históricos de cada nación y sus regímenes políticos desempeñan un papel determinante en su institucionalización. Identifica desigualdades notables entre los países “grandes” como Argentina, Brasil y México, y el resto de las naciones, que no lograron establecer una ciencia política institucionalizada de manera clara. ¿Qué indicadores definen la institucionalización y diferencian a estos dos grupos? Altman menciona el nivel de oferta académica, programas de investigación consolidados, parámetros claros para evaluar la calidad de la investigación, formación y oferta curricular, así como la consolidación en el mercado laboral. En algunos casos, la institucionalización de la ciencia política se mantuvo incluso durante períodos de turbulencia política, como en Brasil, México y Perú, que capitalizaron la fuga de intelectuales.

La autonomía de la ciencia política en América Latina es un tema que merece atención. A pesar de la transición a la democracia, esta disciplina enfrenta desafíos significativos. Es probable que su urgente surgimiento no haya permitido explorar a fondo perspectivas epistemológicas o metodológicas que respalden su autonomía. Además, el mercado laboral de la ciencia política sigue siendo dependiente de enfoques de “moda” como la neoinstitucionalistas relacionadas con el mercado de “big data” (el escándalo de Cambridge Analytica ilustra esta tendencia) o neomarxistas, que promueven una producción de conocimiento desde grupos de pertenencia.

Asimismo, se observa una burocratización de los requisitos académicos y la mediatización y mercantilización de la ciencia política en programas de opinión y análisis político. Esto distorsiona las expectativas de estudiantes, profesionales y la sociedad en cuanto a la responsabilidad social de la ciencia política.

Por otro lado, tenemos el caso del asesor político peruano, Walter Chávez, quien trabajó tanto para el exPresidente Evo Morales como para su sus más acérrimos enemigos políticos, como el empresario Doria Medina y el líder cívico Fernando Camacho. Chávez da conferencias en la carrera de Ciencia Política de la Universidad Mayor de San Andrés en las ostenta una “profesionalización” de la “guerra sucia”. Esto refleja el imaginario cultural que influye en los modelos “exitosos” de profesionales en el campo y las expectativas de los futuros politólogos.

La evolución de la ciencia política en América Latina está fuertemente influenciada por la historia política y los regímenes de cada país. Se identifican tres grupos de naciones: los “grandes”, países en progreso y el resto, con desafíos democráticos y cierta falta de autonomía. Se destaca la importancia de eventos históricos, la interdependencia hacia los países grandes en términos de oferta académica y la cultura política como determinantes de la institucionalización y autonomía de la ciencia política. Evaluar la calidad de la oferta programática se presenta como un paso fundamental para consolidar la institucionalización de esta disciplina en la región, basándose en profundo análisis la cultura política única de cada país.

Por Rodrigo Albarracín Vallejos

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