La mujer peruana rumbo al 2026

La mujer peruana rumbo al 2026

Iniciamos el año 2025, pero seguimos arrastrando, como una carga pesada, los errores del pasado. Sean estas mis primeras palabras de este año para hacer un llamado a la verdadera mujer peruana, no a las falsas, a las “bambas” que se disfrazan de género y valores, pero que solo contribuyen a la decadencia. Este mensaje es para esa mujer corajuda, que le pone alma, corazón y vida a todo lo que hace. A la que defiende a su prole con uñas y dientes, sin horarios ni descanso, sin temor alguno, con valentía como su única bandera.
Hemos empezado este 2025 con desafíos que no se pueden ignorar. Es momento de reconocer que el Perú es nuestra tierra amada, un país bendecido por Dios, que nos dio todo lo que el mundo ambiciona. Somos luz, y por eso las potencias extranjeras miran a nuestra patria con codicia.
El futuro depende de nosotras. El rol de la mujer peruana ya no admite medias tintas: es vida o muerte. No podemos permitir que sigan pensando que las mujeres peruanas son como Dina Boluarte, Keiko Fujimori, Nadine Heredia, Susana Villarán, Zoraida Ávalos, María de los Ángeles Álvarez Camacho (juez que otorgó beneficio a Odebrecht en el último trámite), Nélida Colán, Sigrid Bazán, Marisa Glave, Verónica Mendoza, Flor Pablo, Rocío Barrios, María Antonieta Alva.
Estas mujeres han dejado en la política una huella de hipocresía, corrupción y traición. Todas ellas, sátrapas, bellacas, farsantes que, sin escrúpulos, buscaron enriquecerse a costa de la miseria de los peruanos.
¡Basta ya de doble discurso y simulaciones! Dina Boluarte, una mandataria “bamba”, incompetente y sin talla para el cargo, será recordada como un símbolo de sangre y traición, repudiada por todo el país. Su vanidad la ciega, incapaz de ver su verdadero reflejo, mientras negocia con Dios y con el diablo para aferrarse al poder.
Keiko Fujimori sigue manipulando y alimentando su voracidad por el poder, dañando al Perú con cada movimiento. Si de verdad quiere que la historia la redima, lo mejor que puede hacer es desaparecer de la política y dar paso a nuevos liderazgos.
Y qué decir de Verónika Mendoza, farsante y “caviar”, que vive como rica mientras dice defender a los pobres. No olvidemos a su mentora, Nadine Heredia, y a Susana Villarán, descarada que confesó haber recibido millones de Odebrecht mientras negaba su corrupción con una sonrisa cínica.
Sigrid Bazán, Marisa Glave y sus compinches, más de lo mismo. La primera, con un departamento de lujo cuya procedencia nadie explica. La segunda, hundida hasta el cuello en los escándalos de Odebrecht. Ambas, protegidas por un sistema judicial corrupto, pero su tiempo llegará, porque los peruanos no olvidamos.
Por todo esto, convoco al ejército de mujeres peruanas de bien, mujeres valientes y fortalecidas por la fe. Es hora de enfrentar a este monstruo llamado enemigos del Perú, de alzar nuestra voz y defender lo que es nuestro. ¡No más farsantes! ¡No más traidoras! ¡Es el momento de actuar y salvar a nuestra nación!
He dicho.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookXInstagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.