La negación del Derecho Constitucional
La negación del Derecho Constitucional
El pronunciamiento del Tribunal Constitucional dividido en dos bandos, uno por amparar la disolución del Congreso en contra de lo establecido por el artículo 134 de la Constitución y el otro por desaprobar esta medida por inconstitucional, nos coloca a los peruanos en la situación de desamparo constitucional, porque el primero tiene mayoría.
Para quienes veíamos en el TC la esperanza del restablecimiento del principio de legalidad y del Orden Constitucional para recuperar la vigencia del orden democrático de la nación, nos vemos en la indefensión jurídica, propicia para el abuso del poder y la confiscación de los derechos y las libertades.
Penoso escenario el que se cierne sobre el futuro del Perú, más aún cuando supuestos funcionarios del JNE convocan a candidatos al Congreso a reuniones en oficinas privadas para preguntarles si están a favor o en contra del Gobierno y si votarían a favor de vacar al Presidente.
De escándalo la denuncia al respecto que circula por las redes sociales, que los partidos temen denunciar formalmente, más aún cuando corren el riesgo de ser borrados de la contienda por quienes demuestran controlar el proceso y quieren estar seguros de que no se les pase ningún candidato desconocido que llegando al Congreso pueda votar en contra y ser la nueva oposición “obstruccionista”.
Entre candidatos excluidos por motivos injustificables legalmente, la consulta de lo que piensa el candidato respecto al enfoque de género y de si está favor o en contra del Gobierno, preguntas presentes en la mayoría de las entrevistas y cuestionarios de la franja electoral, hasta el interrogatorio directo en reuniones ocultas, de las que se pide absoluta reserva, debemos ser conscientes de que no estamos asistiendo a un proceso electoral transparente e imparcial.
En tales condiciones la pérdida de la institucionalidad del sistema de garantías constitucionales, con jueces amenazados con la nueva Junta Nacional de Justicia, y un Tribunal Constitucional que nos ha negado el derecho a la prevalencia del Orden Constitucional, nos obliga a pensar que no hay otra salida que recurrir al derecho a la insurgencia para recuperar la vida democrática de nuestra nación.
Frente a candidatos que simulan no entender lo que pasa, en tanto prometen cambiar el Perú con propuestas electoreras de apoyo a las demandas legislativas del Gobierno, el Perú no tiene más salida que luchar en las calles como Bolivia para no consentir el fraude.