La opción aprista del 2026

La opción aprista del 2026

Hay momentos en la historia de una nación en los cuales es menester deponer las banderías para saludar a organizaciones democráticas perseverantes como el APRA, que cumple esta semana sus primeros cien años.
En una república llena de desinteligencias y violencia, la longevidad de un partido político activo es un hito histórico que debe ser celebrado con efusividad por sus miembros y por todos los peruanos de bien; además resulta del mayor interés auscultar sus posibilidades de llegar al poder tras dos períodos gubernamentales, de los cuales el segundo (2006-2011) fue extremadamente exitoso.
La Alianza Popular Revolucionaria Americana nació en 1924 como una propuesta original de no alineamiento con el imperialismo norteamericano ni con el comunismo soviético; propugnó métodos de lucha democráticos en representación de las clases populares dentro de una alianza de trabajadores manuales e intelectuales; y tuvo una visión integradora latinoamericana desde el concepto indoamericano. Su fundador, Haya de la Torre, acuñó la teoría filosófica del espacio tiempo histórico y el lema que caló profundamente del pan con libertad.
Las élites aristocrática y plutocrática no entendieron que el APRA era el partido del pueblo anticomunista pero necesitado de justicia social y por consiguiente persiguieron a sus líderes en los aciagos períodos desde Sánchez Cerro hasta Velasco. Pero tras el martirologio le correspondió a Víctor Raúl presidir la Constituyente de 1978 que sentó las bases de la nueva democracia peruana.
Recuperado de sus graves errores del primer gobierno (1985–1990) Alan García volvió a la presidencia y encabezó el mejor gobierno peruano de lo que va del siglo XXI, con un crecimiento económico impresionante, una notable reducción de la pobreza y plenas libertades democráticas. Sin embargo el odio propiciado por el terrorismo y la progresía caviar anatemizaron el éxito nacional hasta alentar el miserable cerco que terminó con la vida del ex presidente.
Hoy el APRA renovada que hemos visto en Acho el domingo, demuestra que sigue siendo una fuerza poderosa con capacidad de convertirse en la alternativa restauradora en las elecciones del 2026. Tiene experiencia, cuadros de gestión y operadores políticos de centro que pueden viabilizar un tercer gobierno que derrote al extremismo de izquierda. Y, dependiendo de quienes sean sus candidatos puede liderar Diputados y el Senado. Veremos, claro, las candidaturas, pero si de algo hay seguridad es que el APRA centenaria será un pivote central en el período 26 – 31 para beneficio de la peruanidad.

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