La prensa montesinista actual

La prensa montesinista actual

Fritz Du Bois alguna vez dijo magistralmente: “Cada uno tiene derecho a cambiar sus ideas. Lo grosero es matarlas y no tomarse ni siquiera un tiempo mínimo de duelo por las creencias pasadas”.

Yo ya terminé mi duelo. Apenas he reaccionado cuando me han atacado gratuitamente, pero me impulsan a develar algunas verdades esenciales.
Por ejemplo no creo más en el mito de la sola competencia y aborrezco de una concentración de medios pactada con los gobiernos de turno y con la propia competencia con la cual se hacen negocios al margen de los principios éticos y morales.

Existe un cartel de prensa que impunemente manipula la información según el interés de sus patrones. Ante su quiebra económico – financiera muchos medios se han convertido en sicarios al servicio del gobierno de turno, abjurando de sus principios, sus libros de estilo y su ética más elemental.

Me compadezco de las prostitutas que ofrecen lascivia por necesidad, pero desprecio la ausencia de dignidad de muchos de los capitostes periodísticos, quienes se pretenden la conciencia moral de un país saqueado y corrompido, no únicamente por las pésimas autoridades, sino por los propios accionistas de esos medios que predicaban la esperanza democrática; por esos que trafican bajo el manto de la libertad de expresión.

Para callarnos, en alianza con una ONG despreciable, la semana pasada desde Lima orquestaron un ataque contra mí y lo lanzaron desde El Espectador de Bogotá; hicieron otro tanto desde Piura contra una periodista y accionista mediática. Un muladar de la web se sumó a ese plan urdido con beneplácito oficialista. Pura hojarasca quemada. Los ‘timochenkos’ no podrán afectarnos: conocemos la sordidez de su origen miserable.

Lo verdaderamente grave es lo visto el fin de semana: cómo algunos medios utilizan métodos más infames que los montesinistas para apoyar el intento desesperado del Gobierno e impedir que el Parlamento cumpla con su misión de elegir democráticamente a los nuevos miembros del Tribunal Constitucional.

Con descaro la prensa basura se ha puesto al servicio del golpismo. Van a hacer cosas peores, estamos advertidos de lo que se viene, pero que esos dueños y editores sepan que si transitan por los desagües terminarán ahogados en el estiércol. Quienes tenemos la conciencia y las manos limpias veremos pasar el féretro del enemigo, aunque también podríamos contribuir con granitos de arena para que el castillo de la falsa moral termine de venirse abajo. Están notificados.