Lo lamento, adefesios
Lo lamento, adefesios
El domingo 19 de noviembre fue una fecha histórica para los jóvenes peruanos que aspiran a una educación superior de calidad basada solamente en sus méritos.
En esta oportunidad, son 10 mil becas que se ofrecen a los jóvenes que lograrán ser profesionales superando las carencias económicas en sus hogares. Sólo depende de ellos, porque gracias a la nueva gestión con objetivos definidos, sin orientaciones políticas ni preferencias mañosas, ahora tienen la oportunidad de estudiar en universidades calificadas.
En las últimas tres gestiones del ministerio de Educación, PRONABEC realizó una labor objetiva para mejorar los resultados en favor de los miles de jóvenes que, en los próximos años, serán los profesionales que el Perú necesita.
En PRONABEC se descubrió y desarticuló el tramposo artificio por el que una pequeña universidad, convertida en bastión caviar, recibió la sorprendente cantidad de 2,500 becas en los últimos años, habiéndose convertido de facto en una universidad estatal, pues gran parte de su presupuesto era cubierto por el dinero de nuestros impuestos.
Ese mal manejo de PRONABEC beneficiaba con esa inmerecida cantidad de becas a esa institución universitaria, a través de un artificial “ranking” creado ad hoc para favorecerla y perjudicar al resto de Universidades.
Así encontramos el sistema y ha tomado tres gestiones para enderezar el camino y, el pasado 19 de noviembre, finalmente se ha tomado un examen que permitirá a los estudiantes postular a la universidad de su elección, utilizando como referencia el ranking de excelencia que publica Sunedu. Así es como debe ser siempre.
Parece mentira que la angurria caviar no se arredre ni ante el futuro de nuestros jóvenes. Para ellos primero son sus intereses, aún a costa del futuro de los muchachos provenientes de hogares con escasos recursos y que aspiran a tener una educación superior que los convierta en excelentes profesionales.
Y, lo peor de todo, no hay sanción. Los caviares siguen tranquilos, no les pasa nada y ni siquiera tienen un cargo de conciencia por el daño que causan al país.
A eso me refería cuando hice las declaraciones que llevaron a mi renuncia, sobre Singapur y el despropósito de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). “Traigamos los vouchers pero también la pena de muerte y para eso tendríamos que salir del adefesio ese de la CIDH, con el perdón de los adefesios”. Eso es lo que pienso y como saben, yo siempre digo lo que pienso, aunque les moleste a algunos.
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