Lo que ahora debemos exigir

Lo que ahora debemos exigir

La crisis política de los Rolex y las joyas presidenciales ha concluido. El caso no calza en los supuestos constitucionales para la vacancia ni la inhabilitación, de modo que guste o no el país debe ahora abocarse a tareas mínimas que garanticen la gobernabilidad y el proceso electoral del 2026.

A Dina no se le pueden pedir peras cuando es un olmo salido de las filas de Perú Libre; y al Gabinete Ministerial dentro de su mediocridad –salvo un par de excepciones– tampoco puede exigírsele proezas; tampoco puede esperarse mucho de un Congreso decadente. Pero sí podemos reclamar tareas elementales de buen gobierno para el tiempo efectivo que resta hasta el recambio comicial.

Primero, el régimen debe garantizar la gobernabilidad y la paz social. Eso es impedir crisis y escándalos sectoriales imponiendo cero corrupción a la administración pública y adoptando medidas preventivas de control efectivo frente a brotes subversivos como el que anuncian la CGTP y el Sutep para mayo. Bajo ningún pretexto se puede tolerar desórdenes violentos como los del verano de 2023.

Segundo, urge recuperar la disciplina fiscal y la máxima austeridad del estado. Estamos nuevamente saliendo de la recesión pero el sector público amenaza con desbordarse en el gasto corriente, la contratación de más burocracia, la convocatoria a nuevos parásitos de asesoría y la dilapidación de fondos como en Petroperú.
Tercero, resulta flexibilizar las normas y se eliminar las trabas burocráticas y de seguridad para captar inversión privada y destrabar proyectos como el de Tía María. Crecer solo 3 puntos del PBI es absolutamente insuficiente.
Cuarto, tiene que restablecerse la seguridad ciudadana. El enfrentamiento con el crimen organizado ya tiene paradigmas imitables como los casos de El Salvador, Ecuador y Argentina. Además es irrenunciable defender nuestras fronteras internacionales.

Quinto, deben cumplirse las metas de desarrollo de infraestructura con el megapuerto de Chancay, la ampliación del aeropuerto de Lima y las línea 2 del metro, además de facilitar las obras del Municipio metropolitano.
Sexto, el sector Salud debe, por lo menos, recuperar sentido lógico en la dirección preventiva y la atención primaria. Y séptimo, el sector Educación no solo debe mejorar la infraestructura sino terminar la limpieza sacando a todos los maestros filoterroristas.

Octavo, y último, deben terminarse las reformas constitucionales y legales para que no postulen condenados por crímenes; y para un recambio del JNE, la ONPE y el Reniec a fin de que las elecciones del 2026 sean impecables.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.