Los ex-Alegre estamos tristes, pero muy agradecidos

Los ex-Alegre estamos tristes, pero muy agradecidos

Hace unos días recibimos la triste noticia del fallecimiento de Augusto Alegre Calderón, el pionero de la investigación de mercados en Perú, quien formó al interior de sus empresas a cientos de profesionales del marketing y las comunicaciones.
Yo siempre lo recordaré con mucho respeto y cariño, al igual que miles de jóvenes de mi generación que, en nuestros tiempos libres, siendo universitarios, nos “cachueleábamos” haciendo encuestas. La paga era buena, no se necesitaba experiencia, pero sí mucha honestidad, aplomo y empatía.
Alegre & Asociados se llamaba la compañía de encuestas de Augusto Alegre en la que empecé a trabajar hace más de cincuenta años. Ya en ese tiempo, era la más importante empresa de estudios de mercado. Fue mi primera “chamba”. Ahí tuve la oportunidad de aprender de la gente que más sabía de estadísticas, investigación y marketing.
Augusto ha sido el gurú de la investigación de mercados en nuestro país. Formó la primera empresa peruana en proveer los ratings de la televisión y la radio con el Instituto Verificador de Medios Publicitarios (IVMP). Otra de sus empresas, Alegre & Asociados, hacía los estudios que requerían las más importantes compañías farmacéuticas y de consumo.
En los ochenta, cuando volvimos a vivir en democracia, se hizo más conocido por sus apariciones en televisión dando las proyecciones y resultados electorales con el famoso Flas
Electoral de Peruana de Opinión Pública (POP). También revolucionó el mundo del espectáculo al lanzar la exitosa revista TELEGUÍA y su inolvidable eslogan “se agota rápido”. Fue también el gran impulsor y primer presidente de la APEIM. Instituyó la Cinta Roja y Blanca para premiar a las marcas más destacadas y, con ASTROS, reconoció por algunos años a nuestros mejores artistas. Incursionó, además, en el mundo de las agencias de publicidad, siendo socio fundador de Interpublis.
Hace unos años, Augusto anunció su retiro de la actividad profesional y, en una cena a la que asistieron sus clientes, amigos y excolaboradores, se le hizo un justo reconocimiento a la trayectoria de una destacada persona que, a través de sus empresas, había proveído a la industria, durante décadas, información valiosa y profesionales calificados para desarrollar estrategias exitosas.
La verdad es que Augusto nunca se retiró. Era envidiable, hasta poco antes de dejarnos, su permanente actitud innovadora. Siempre nos reunía para su cumpleaños y era él quien entregaba los regalos, sorprendiéndonos con sus nuevos emprendimientos. Bromeando, le decíamos que su éxito se lo debía a su nariz, por el extraordinario olfato que tenía para identificar las oportunidades que se presentaban en el mercado para sus clientes.
Hoy, tus ex-Alegre estamos tristes, pero muy agradecidos por todo lo que aprendimos de ti. Descansa en paz, Augusto Alegre Calderón.

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