Los problemas que se solucionan solos y los que no se solucionan nunca

Los problemas que se solucionan solos y los que no se solucionan nunca

En 2003 fue publicado el Reglamento de Ordenamiento Pesquero de la merluza (Merluccius gayi peruanus). Así, comenzó un proceso de recuperación del recurso y se decretó el cierre del acceso para nuevas embarcaciones. Por desdicha, se excluyó a casi 3,000 pescadores artesanales que extraían esa especie desde la década del 60, con aparejos tales como espinel, cortina o pinta. En julio de 2021 se aprobó una cuota anual de 48,212 toneladas. El IMARPE ha señalado que el escenario que se viene observando en los últimos años es favorable. La estructura demográfica muestra mayor presencia de los grupos de más edad, lo que significa una población diversa y por tanto más resiliente: mayor fortaleza del recurso para resistir los impactos generados por la variabilidad ambiental propia del mar peruano.

La injusta postergación de los hombres de mar señalada líneas arriba, genera incertidumbre y promueve la conflictividad social en las caletas tumbesinas de Acapulco y Cancas, tanto como en las piuranas de Máncora, Los Órganos, El Ñuro, Cabo Blanco y Talara. El propio Estado peruano reconoce que la extracción de estos peces representa la principal actividad de dicha zona del litoral, con más del 90% de su flota dirigida al citado recurso. En El Ñuro, Los Órganos y Talara, el 83% de los pescadores que están dedicados a la captura de la merluza, no tienen otra ocupación y cerca del 80% lo hacen durante todo el año. El 100% faena con artes de pesca amigables para la sostenibilidad de tal variedad hidrobiológica.

Desde 2019 y ante reiterados pedidos de los trabajadores del mar, PRODUCE implementó una pesca exploratoria, para tener un mayor conocimiento integral acerca de las repercusiones de la ejecución de la actividad artesanal, sobre la población de merluza, y disponer de una base de datos actualizada de las características de estas pequeñas embarcaciones en la zona norte. Se esperaba, como corolario, el otorgamiento de los correspondientes permisos para el recurso. Esta investigación sería realizada por 840 naves, de las que menos del 3% superaría los 10 metros cúbicos de bodega y todas empleando artes de pesca pasivas. Este régimen se ha ido extendiendo hasta el próximo 31 de marzo, fecha en la que centenares de pequeñas embarcaciones estarían proscritas para la captura de la especie. No sería la primera vez que en nuestro país se pretendiera declarar la inexistencia de algo que todos sabemos que está presente.

Se atribuye al Presidente Manuel Prado Ugarteche (1939-1945 y 1956-1962) la frase “En el Perú hay dos tipos de problemas, los que no tienen solución y los que se resuelven solos”. Parece que algunos quisieran que el problema de estos 3,000 pescadores no se dirimiera jamás. A pesar de que la industria y los trabajadores están de acuerdo en que se incluya a esta flota artesanal, que posee derechos históricos, el Estado perezoso, apático y negligente se resiste a zanjar la justa demanda. El Ministro de la Producción, debería dar prioridad a al tema y aprobar una presta y oportuna solución. Los pobladores de estas comunidades costeras son gente buena y sosegada, pero todo tiene un límite. Hay que promocionar la paz social, no minarla. Recordemos la máxima del Presidente Kennedy: “Hay riesgos y costos para un programa de acción. Pero son mucho menores que los riesgos a largo plazo y los costos de la inacción cómoda”.

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