Maduro, te queda poco
Maduro, te queda poco
Nicolás Maduro es un delincuente, el líder de un cartel criminal. Estados Unidos ha elevado el valor de su cabeza a 25 millones de dólares, igual al del maldito Osama bin Laden, que terminó de comida de peces. Ayer, al juramentar como presidente de Venezuela, el tirano, violador de derechos humanos, en realidad dio un golpe de Estado. El mundo libre y democrático ha mostrado su evidente desprecio ante el secuestrador de la tierra del Orinoco. Solo le saludó la escoria narco-comunista, como el pedófilo altiplánico Evo Morales, entre otros.
Lo acompañaron en la farsa de la juramentación los cleptócratas dictadores Miguel Díaz-Canel, de Cuba, y el terrorista sandinista Daniel Ortega, de Nicaragua. Solo la mugre política, proterrorista y cercana al narco celebra a quien se cree presidente de un país que lo repudió en las urnas el 28 de julio de 2024.
El mundo libre, democrático y decente le ha dado la espalda al representante de esa creación de Fidel Castro llamada “socialismo del siglo 21”, que solo ha traído corrupción, violenta represión, miseria donde se instaló y violación de los derechos humanos, incluso de menores de edad, en centros de tortura como el Helicoide, alguna vez un concurrido centro comercial caraqueño.
El jueves, ese ejemplo de mujer patriota y valiente que es María Corina Machado, faro de esperanza, fue secuestrada y golpeada por gentuza del régimen, y se le ordenó dejar el país. Pero ella está dispuesta a entregar su sangre por su patria y, con su sonrisa, evitar la desesperanza porque sabe que falta poco para que el tirano caiga.
Maduro está aterrado. Ha sacado a las tropas a la calle, cerrado las fronteras y el espacio aéreo para evitar que el presidente electo Edmundo González Urrutia llegue procedente de República Dominicana. Es cuestión de tiempo para que González Urrutia juramente como el presidente del país y para que alguien cargue la cabeza de Maduro y cobre sus 25 millones de dólares.
El narco-chavismo ha destruido lo que alguna vez fue el país más rico y moderno de América del Sur y robado más de 300 mil millones de dólares. La ausencia de un sistema de salud capaz de atender al pueblo, la falta de medicamentos, la hambruna masiva —perversamente utilizada ayer por Maduro repartiendo pollos a los cuatro gatos que fueron a oír su temeroso balbuceo—, y el éxodo masivo son el resultado de las políticas socialistas implementadas. La estatización de todas las industrias provocó que la producción de alimentos cayera un 75 % en lo que va del chavismo, mientras la población creció un 33 %, pese al éxodo de millones. El chavismo nacionalizó la electricidad, el agua, el petróleo, los bancos, los supermercados, la construcción y todo lo que se pueda imaginar. Resultado: pésimos servicios y pérdidas multimillonarias.
Hay cerca de dos mil presos políticos, decenas de desaparecidos y otros tantos asesinados. Y existen congresistas peruanos que aclaman a ese asesino. Urge ejercer presión moral, judicial, popular y mediática sobre el criminal del Palacio de Miraflores. Falta poco.
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