Menos ropa, más ahorro, mejor ambiente

Menos ropa, más ahorro, mejor ambiente

Para muchos compradores, en especial las mujeres, es difícil no caer en la tentación de las ofertas de ropa sin pensar que ello causa daño al planeta. Y lo dicen las cifras del consumo en el mundo de prendas de vestir, que llegan a los 80 mil millones de ítems. Según investigadores de este tema, algunas prendas solo se usan menos de cinco veces y luego se descartan.

Hoy en día la ropa se ha vuelto desechable. Se ha establecido que una familia de cuatro miembros elimina unos 30 kilos por año de prendas. ¿A dónde van? Si no se le da un segundo uso, como el reciclado, termina quemándose. Junto a ello, existe el crecimiento de la ropa con fibras sintéticas, como la viscosa, poliéster o polipropileno que demoran centenas de años para descomponerse.

Sin embargo, se estima que el crecimiento de esta industria será de 25% y para finales de 2029 serán más de 100 millones de toneladas no solo de ropa, sino también calzado con piezas de plástico, lo cual está valorado en 3,3 trillones de dólares. Si se hacen cálculos, esta industria contaminante generó 1.200 millones de toneladas de gases de efecto invernadero y es responsable de una quinta parte de la contaminación global del agua y una tercera parte de los microplásticos en los océanos.

También la industria del vestido genera aguas residuales tóxicas, que van directamente a los desagües y luego a los ríos y mares, llevando plomo, mercurio y arsénico, convirtiéndola en la segunda industria más contaminadora del mundo después de la del petróleo.

Frente a ello, Greenpeace mencionó que la  industria textil utiliza unos 11,500 litros de agua en todo su ciclo de vida. Y los jeans, que se calculan en más de 4,000 millones de prendas, son teñidos de azul con índigo sintético fijado con un potente blanqueador y las personas compran entre seis y siete piezas, sin saber que emplea y/o genera 2,000 litros de agua, 13 kilos de emisiones de CO2, 10 kilos de colorantes y químicos que se liberan al medioambiente. Muchos de estos químicos tardan en desaparecer más de 46 años, advierte la Agencia de Medioambiente y control de Energía de Francia (Ademe).

Pero como todo mal siempre tiene cura, un equipo científico japonés en el 2016 descubrió una bacteria capaz de descomponer la molécula del tereftalato de polietileno (PET), plástico muy usado para fabricar envases.

Esperemos que la ciencia siga avanzando antes de que sea muy tarde y que el consumidor piense antes de adquirir una prenda de vestir sin necesitarla.