Mesa Directiva del Congreso

Mesa Directiva del Congreso

Hoy se decide en el Congreso de la República, por elección, a los congresistas que integrarán la Mesa Directiva (presidencia y tres vicepresidencias) la que según dispone el artículo 33° del Reglamento -con rango de ley orgánica- de ese poder del Estado, se encargará por un año de la dirección administrativa del Congreso y de los debates que se realizan en el Pleno, la Comisión Permanente y el Consejo Directivo, además de representarlo protocolarmente.

De manera insólita, son cuatro las listas inscritas. Ha sido de público conocimiento, la también insólita dureza y complicación con que se ha desarrollado el proceso de contacto entre las distintas bancadas (hoy existen trece, aparte del grupo de seis congresistas No Agrupados).

Desde el inicio bancadas como la de Fuerza Popular, que consistentemente ha votado a favor de la vacancia del probado inepto y mentiroso reiterado y presunto corrupto P. Castillo, entendió que se trataba de actuar con realismo y lograr una lista que sin ser la ideal, evitara que la nueva Mesa Directiva resultara copada por las bancadas en las que se ha desdoblado el partido que llevó al poder al ocupante más que precario de Palacio de Gobierno y por otros congresistas captados como aliados y que, todos ellos, con cerradas votaciones contra las dos mociones de vacancia ya tramitadas lo están manteniendo en el cargo.

No se trata de cumplir un acuerdo de alternancia en la presidencia, supuestamente alcanzado en julio del año 2021, afectado por un cambio sustancial de condiciones, sino de garantizar, en lo posible dada la libertad de las personas de actuar bien o mal, que el Congreso no se convierta en un apéndice del Poder Ejecutivo, que bastante daño le está infligiendo ya al país y a la moral pública.

Lamentablemente, nunca faltan idas y venidas, acomodos y falta de objetividad y desprendimiento de aquellos a quienes consideramos buenos pero que con sus actos perjudican su propio y esperado protagonismo.

Desde cómodos balcones se quiere criticar a bancadas, partidos y líderes políticos por las dificultades en llegar a una fórmula ideal, y se soslaya que los 130 congresistas que tomarán la decisión, no la calle, son resultado ya sea del fraude electoral –que espero se pruebe y castigue- o de la impericia de los propios electores.

Sin ninguna duda ni menos debilidad, hago votos porque la lista inscrita el día domingo, la primera de las cuatro, la que tomó las cosas con mayor seriedad, compromiso y hasta vocación de conceder para alcanzar consensos, resulte vencedora.

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