Mi gobierno por un(os) Rolex
Mi gobierno por un(os) Rolex
Dina Boluarte, hoy presidenta, fue de izquierda radical. La gran pregunta es: ¿se ha reconvertido, dejando de lado la ideología violentista que ahora critica como Presidenta? Por su gusto reciente por las joyas de alta gama, podría pensarse que ha cambiado. El lujo seduce y compra conciencias. Pero el sainete de los Rolex la tiene en serios problemas. Ya sabemos que no compró acá el Rolex Datejust de mujer (de múltiples versiones) que cuesta alrededor de 15 mil dólares.
La casa comercial que vende en exclusiva estos relojes se ha pronunciado ante la Fiscalía: el que luce Boluarte, no viene de nuestras tiendas, afirmaron. Convertidos en expertos en coimas y trafas, todo parece indicar que la costosa joya, es un regalo, falsificado, ganado en una apuesta, robado, o encontrado en la calle y para de contar. Lo cierto es que la Presidenta dilata su presentación ante la Fiscalía. Es un caso muy difícil porque Boluarte está obligada a abrir por los menos una carta que sea creíble, obviamente. No puede continuar negando la realidad y refugiándose en sus actividades, afectando a la investidura presidencial.
Puede guardar silencio. Pero en cuanto muestre los relojes se sabrá quién es el ‘padre’ y la ‘madre’ del lujoso bien. Boluarte cometió un error –inducida por su expremier Alberto Otárola– al no respaldar a la suspendida fiscal de la Nación, Patricia Benavides, y apoyar a la dupla Barreto-Colchado. Mal negocio, tal vez bueno para Otárola, pero sus problemas judiciales son de otra índole que los de Boluarte.
Ahora el Ministerio Público la investiga con tesón, aunque sean, según su comunicado, “diligencias preliminares”. Esta sería la segunda pesquisa, porque Boluarte ya tiene una denuncia, nada menos que por genocidio. Está empapelada. El actual Fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena, reemplazante de Benavides, y con una autoridad mellada, ‘rapapolveó’ a la mandataria, declarando que las inasistencias de la misma a la Fiscalía “son un claro indicador de rebeldía que no hace más que retardar el resultado de la investigación”. Agregando que tendrá que tomar “medidas urgentes”. La Fiscalía fue a la casa de la Presidenta y a Palacio. No los atendieron.
Qué pretendió Villena con esta actitud tan severa, que la mandataria dejara atrás sus actividades (reales o no) y estuviera como relojito Rolex en el Ministerio Público. La imagen de Villena es un desastre. Probablemente, para salir del impasse decidió arremeter contra la Presidenta y recuperar así algo de respeto.
Las evidencias, propiciaron la investigación preliminar a los fiscales Vela y Pérez. También a los cuestionados periodistas del IDL Romina Mella, Gustavo Gorriti. Pero, pequeño gran detalle, esta denuncia, la impulsa el fiscal Alcides Chinchay, de la Segunda Fiscalía Suprema Transitoria Especializada en Delitos Cometidos por Funcionarios Públicos. Está en las antípodas de Villena. Tanto es así que este último ordenó publicar un comunicado señalando que los investigados no tienen la calidad de delincuentes. Una defensa atípica en los anales de la Fiscalía.
Lo cierto es que el destino del Perú se decide, una vez más, en el Ministerio Público donde el juego de tronos continúa. ¿Boluarte espera la inscripción del partido de su hermano en el JNE para declarar? Malo que bueno sería un apoyo y no se sentiría tan sola. Misterio. El regalo relojero le costó caro.
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