Milei y el tiempo de la resiliencia nacional
Milei y el tiempo de la resiliencia nacional
El novísimo presidente de la República Argentina, el liberal Javier Milei, se dirigió en cadena nacional a todos sus compatriotas, junto a sus ministros de Estado –menos de la mitad de carteras que había durante el régimen kirchnerista–, para hacer saber el paquete de medidas, fundamentalmente económicas, para hacer realidad la reconstrucción de su país. Más de 300 disposiciones en formato de decreto que enviará al Congreso Nacional, constituye parte del ajuste fiscal sustantivo que el mandatario argentino ha decidido en el objetivo prometido a la nación. Será bueno destacar que Milei no ha sorprendido a nadie. Está llevando adelante su promesa de campaña si quieren salir de la orfandad económico-social en que se encuentra el país de América del Sur que alguna vez –al inicio del siglo XX– fue considerado entre las 5 más importantes economías del mundo. Milei, su equipo y todo el pueblo argentino, saben que, de no ejecutarse el duro plan de ajuste financiero, seguirán como hasta ahora y él habrá fracasado. Por tanto, es el tiempo de la resiliencia nacional. Los cacerolazos de las últimas horas y algunas otras manifestaciones en las calles de Buenos Aires –realmente muy dispersos–, ya han debido estar en el cálculo presidencial, por lo que no deberían inmutarse un ápice en el flamante gobierno y más bien ir con todo para adelante. El resultado dará a Argentina credibilidad internacional y luego comenzarán a ser el país relevante que fueron en términos de desarrollo nacional y que todos apreciamos en el pasado de este hermano país. Es verdad que hay sectores que se oponen a las drásticas medidas adoptadas por Milei y esa realidad es parte de la democracia de todo Estado; sin embargo, si miramos con realismo político lo que acontece en Argentina, nadie sensatamente debería oponerse al shock. Todos los argentinos sufrirán el ajuste y es verdad que más, los pobres, pero no hay otra salida a la crisis. Nos pasó en el segundo año de los noventa y el ajuste nos permitió luego etapas de crecimiento económico que muchos no lo recuerdan o no quieren decirlo porque todo este proceso sucedió cuando Fujimori gobernaba el Perú. Un hombre de Estado no debe hacer distingos y mucho menos opinar con prejuicio y sesgo. Yo no. Los resultados en Perú presagian que, si en Argentina el ajuste lo hacen todos, sin poner piedras en el camino, nadie los parará en la política internacional contemporánea.
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