Ministerio de la Mujer: ¡fuera!
Ministerio de la Mujer: ¡fuera!
Han salido todas las exministras de la Mujer a defender la no desactivación de ese ministerio y su oposición a que se fusione con el MIDIS. El argumento fundamental de estas ministras, amplificado por todo el andamiaje caviar, es que la mujer necesita ser visibilizada porque es alguien vulnerable, no sólo en la sociedad peruana, sino mundial. Pero lo cierto, lo concreto y lo real es que existen varias poblaciones vulnerables. ¿Por ejemplo, existe un ministerio del indio? Por lo pronto, la corrección política ha eliminado el Día del Indio por el Día del Campesino. Pero lo que se concibe como “indio” representa a los pueblos originarios, cualquiera que estos sean. Desde los awajún, pasando por los asháninkas y los quechuas y los aymaras, todos podrían caer en el concepto global de “indios”. ¿Por qué no existe entonces un ministerio del Indio? Si se trata de vulnerabilidad y visibilidad para que se implementen políticas de Estado, ¿por qué el Estado no crea un ministerio del Indio? No hay respuesta. ¿O del negro? ¿O de los homosexuales? ¿O es que las mujeres se consideran mejor o más importantes en las políticas de Estado que estas otras colectividades? La cosa es más bien ideológica. La cultura woke o caviar o progresista pretende que la mujer debe ser “visibilizada” en contraposición a una cultura del patriarcado que domina las políticas sociales, que deben ser abolidas en nombre de una pretendida igualdad. Pero no hay tal igualdad en la ciencia, que se pretende cazurramente reemplazar por la “cultura”. La mujer ni el hombre son imposibles de conceptuar desarraigados de la familia y la sociedad. Ni existe la mujer sola ni el hombre solo, salvo en la literatura, como en la novela de Robinson Crusoe, de Daniel Defoe o en la leyenda de las amazonas. En varios países no existe el ministerio de la Mujer, como en Estados Unidos, donde la candidata presidencial demócrata es la vicepresidenta Kamala Harris, descendiente de indios. En Argentina, bajo el gobierno de Javier Milei, ese ministerio acaba de ser suprimido. Se aduce que las mujeres son víctimas de maltratos y violaciones, sobre todo en las menores de edad. Pero la realidad es que esos maltratos y violaciones provienen en su casi totalidad del ambiente familiar. Son los padres o los padrastros quienes agreden sexualmente a las niñas y adolescentes. Eso significa que es la familia la que está en crisis, y ese debería ser el foco de atención de las políticas públicas para la mejora de la situación de la mujer, sino de sus hijos y la convivencia, cualquiera sea el estatus que fuera. La inclusión social engloba a la mujer, por lo tanto, no hay nada de ilógico en fusionar el Ministerio de la Mujer con el MIDIS. Lo único que se opone es la ideología woke de que la mujer sea un ente independiente del mundo en contraposición al patriarcado. No tiene sentido lógico en políticas públicas eficientes para atacar los males que aquejan a las mujeres un ministerio que no abarque a la familia en su totalidad, que es donde se suscitan los problemas. Una visión más integral y eficiente debe reemplazar a cualquier política ideológica sin sustento. Lo demás es puro chamullo, como comparar a Afganistán y los talibanes con la mujer peruana, una falacia que le escuché a Fernando Carvallo en RPP. Pongámonos a pensar un poco más y dejemos la ideología de lado.
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