Ni calco ni copia
Ni calco ni copia
Mucho me temo que el debate sobre si debe aplicarse, o no, el plan Bukele en el Perú va a terminar con la maldición republicana: que en apariencia todo cambie para que todo siga igual.
Lo que ha hecho el presidente Nayib Bukele en El Salvador es disruptivo y heroico. En cuatro años ha convertido a su país del más inseguro y peligroso de Latinoamérica en un paradigma de seguridad y estabilidad; y lo ha hecho porque su abordaje ha sido integral: ha cambiado las reglas del juego político, social y represivo devolviéndole sensatez a criterios que estaban absolutamente extraviados como el significado de lo que deben ser los derechos humanos como salvaguarda del bien común de la mayoría ciudadana y no como privilegio para un puñado de criminales.
También es cierto que Bukele ha logrado convertirse en un personaje paradigmático porque tiene fe, valor, convicción y voluntad, además de un enorme apoyo popular.
Asimismo debe tomarse en consideración que El Salvador tiene una realidad geográfica y poblacional totalmente singular que es muy diferente a la peruana.
Por tanto es demagógico y carente de sentido que algunos , ya sean manipuladores o inclusive bien intencionados, sostengan que aquí se puede reeditar sin más la experiencia salvadoreña. Claro que debe estudiarse lo hecho por Bukele y debería tomarse como ejemplo su voluntad real de cambio, pero no cabe ni calco ni copia.
Lo que la señora Boluarte sí debe hacer es dar dos pasos fundamentales: denunciar el tratado que nos vincula al fuero jurisdiccional de la Corte Interamericana y convocar a una reforma jurídica para desmontar el sistema hiper garantista que solo beneficia a la delincuencia. Y a partir de eso avanzar al restablecimiento de la pena de muerte.
En paralelo debe devolverse el rol protagónico de la investigación penal a la policía, permitiéndosele el uso discrecional de la fuerza, las armas y plazos mucho más amplios de detención preliminar.
En cuanto a la dimensión institucional, debe permitírsele a la propia PNP la capacidad de reforma y mayores equipos y presupuestos, dejando de lado proyectos necios y peligrosos de crear una fuerza paralela que terminaría siendo germen de bandas paramilitares. En cuanto a la convocatoria a las FFAA, sí es pertinente para cuidar activos críticos y combatir el narcotráfico y el crimen organizado como el Tren de Aragua porque, por su trasnacionalidad, son amenazas a la defensa y la integridad nacional.
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