No hay poder legislativo
No hay poder legislativo
Quienes ven pasar lo que está sucediendo en el Perú y creen que está bien, se dividen en dos grupos: los acostumbrados a creer todo lo que la prensa y la televisión dicen, y los que, acostumbrados a vivir de los fondos de organizaciones extranjeras, acomodan su perspectiva de las cosas de acuerdo a los intereses de quienes los financian.
Eso explica que otrora defensores de los derechos humanos verdaderos y la Democracia, estén defendiendo a Soros y sus intereses en el caso Odebrecht, sacando la espada contra quienes se atreven a cuestionar el inefable Acuerdo de Colaboración; y que hayan asumido una ferviente promoción de los anti-derechos humanos y legislación perversa que está imponiendo la elite globalista para someter al Perú a la dictadura del Gobierno Mundial de la ONU, que ellos controlan.
Qué duda cabe, que los miles de millones de dólares que está invirtiendo la elite globalista y los canaliza a través de las ONG de Soros, como la Open Society, son la oscura motivación de un liderazgo intelectual y profesional que se ha empleado para quebrar la moral de la nación peruana y reemplazarla por la anticultura del Nuevo Orden Mundial anticristiano.
Así se están pagando planillas de ONG, funcionarios públicos de los más altos niveles, periodistas y medios de comunicación, profesores universitarios, profesores de escuela y una vasta red de profesionales que están defendiendo la agenda destructiva de la elite globalista, a sabiendas que están entregando el país a intereses extranjeros, sometiéndolo a un plan de dominación política, económica, social y cultural.
Eso explica el pánico oenegero cuando el Congreso disuelto conformó una Comisión Investigadora de ONG, sus fondos y fines, lo cual precipitó el cierre del Congreso, y que estos grupos fuesen los que hicieran fiesta en la puerta, porque se habían librado de ser investigados, por ahora.
Era evidente que el Congreso de reemplazo tenía que ser integrado por candidatos de partidos que juraron lealtad absoluta a Vizcarra para pasar la valla, y que no cuestionaran la disolución fáctica del nuevo Congreso: sin inmunidad parlamentaria, sin seguridad policial, sin personal suficiente, sin sueldos homologados con los funcionarios públicos del mismo rango constitucional, menoscabados, ridiculizados ante la población, para que sean sOlo miembros de una Mesa de Partes Legislativa de la Presidencia de la República. Lograron su objetivo: No hay Poder Legislativo, ni Estado de Derecho, ni Democracia.