Nos pegaron en la pota

Nos pegaron en la pota

Del 3 al 8 de octubre se desarrolló la octava reunión del Comité Científico de la Organización Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacífico Sur (OROP-PS), encargada de la conservación y ordenación de los recursos de alta mar en el Pacífico sur, la cual entró en vigor en 2012. Nuestro país participó desde las reuniones preparatorias en 2007 y se adhirió en diciembre de 2015. Perú contribuye a su mantenimiento con aproximadamente 25 mil dólares anuales y gasta una importante suma en viajes y estadías de funcionarios y asesores a lugares que pueden ser tan distantes como Port Vila o Vanuatude funcionarios y asesores a lugares que pueden ser tan distantes como Port Vila en Vanuatu que queda a 26 horas de avión desde Lima.

¿Qué hemos conseguido en 13 años de asistir a estas sesiones?: 13,793 toneladas anuales de jurel, equivalentes al 2.03% de la cuota que se captura en nuestra región, mientras que China dispone de 43 mil, la Unión Europea 41 mil y Vanuatu 31 mil toneladas, a pesar de que el Perú es 100 veces más grande y 120 veces más poblado que este último. En la pota, hemos pasado de ostentar el 70% de los desembarques del Pacífico sur en 2007, al 39% en 2017. China avanzó de tener unas pocas decenas de barcos en 2007, a 643 poderosas naves inscritas en la OROP-PS, toda vez que Perú no tiene ninguna registrada. Preocupante situación, ¿verdad, señores del gobierno? ¿Alguien hizo el balance costo-beneficio?

Es importante recordar que la pota es el recurso hidrobiológico que más trabajo genera en el Perú, sustento de nuestra pesca artesanal y de la industria pesquera para consumo humano. Genera 850 millones de dólares de exportación y se consumen 42 millones de kilogramos en la mesa popular. Sin embargo, es poco lo que nuestro país ha hecho para lograr su ordenamiento en el ámbito nacional, al no concluir el proceso de formalización que lleva más de 4 años, con lo que se expone a toda la cadena productiva y decenas de miles de empleos. En la esfera internacional, no hemos escuchado una sola vez al Estado peruano exigiendo que se respeten los principios de pesca responsable ante centenares de denuncias de pescadores artesanales y la prensa internacional, sobre violación de nuestra soberanía por parte de la flota china subsidiada y depredadora de la pota de los peruanos.

En esta reunión del Comité Científico, Perú no dijo una palabra del impacto que ya se está generando contra nuestra pota, lo que supone la disminución de las tallas que capturamos. No se pidió la aplicación del principio precautorio, que ha inculcado la FAO, lo cual implicaría que no solo se cerrara el acceso a más barcos de países de aguas distantes, sino que se prohibieran los transbordos en alta mar en los que se pueden ocultar las verdaderas cantidades extraídas por esos voraces barcos y se exigiera que cada nave tenga un observador a bordo, como es práctica habitual en otros mares. Esto fue propuesto por el Comité para el Manejo Sustentable del Calamar Gigante en el Pacífico Sur (CALAMASUR), que reúne a pescadores e industriales de la región. La delegación peruana calló y otorgó. ¿No saben nuestros representantes que hay un copioso registro de denuncias sobre prácticas devastadoras y que la ciencia aconseja su inmediata detención?

Perdimos la oportunidad, la flota china sigue creciendo y devorando. La región se estremece ante el poderío de los reflectores de sus barcos y seguimos dejando que esas cosas pasen. Nos han vuelto a pegar en la pota.