Nuestro país, un revoltijo permanente

Nuestro país, un revoltijo permanente

A nivel mundial, la política aburre y desencanta. En el Perú más. Al tedio que provoca en el ciudadano, se suma una enorme cantidad de sucesos imposibles de seguir, pese a concernir a la vida cotidiana del peruano y su entorno.

No hay forma de estar al tanto. Entonces, el desencanto es inmediato. Además, a este desinterés subyace la convicción, corroborada por la realidad, que quienes están en cargos públicos son tremendamente corruptos. Luego, surge automáticamente el: “Todo me importa un bledo” porque se sabe de antemano que hay deshonestidad.

Refiere un perspicaz amigo, que viendo en su puesto del mercado el juicio de Keiko Fujimori (KF), los televidentes coincidían en comentar el inmenso odio que le tiene el fiscal Pérez. Varios señalaron: “yo no soy de la China pero...”.

Ajenos o contrarios a KF, todos notan una animadversión propia de una personalidad patológica. El odio sabido es nubla la reflexión y siempre es violento, más aún si se trata de un fiscal. Si una autoridad judicial expresa semejante animadversión, como lo hace este parcializado personaje, hasta el más indiferente concluirá que no está apto para ser autoridad judicial.

En la última audiencia solicitó, nada menos que la disolución y liquidación de Fuerza Popular (FP), el partido de Keiko. Dizque, sin sustento, que fue “instrumentalizado” para cometer delitos, olvidando que las responsabilidades penales son individuales.

Indiscutiblemente Pérez, aborrece al fujimorismo. En su megalomanía, sin pruebas, investido de un poder oscuro y mafioso, decreta que FP debe desaparecer. Los más de cuatro millones de peruanos que votaron por ese partido son barridos de un plumazo por un fiscal lleno de odio y arbitrariedad. Como diría el vate, “Me friegan los cóndores”.

Insistimos, las personas con problemas agudos de personalidad como Pérez, no pueden ser fiscales. En otro aspecto judicial, más enredado de seguir por el ciudadano, el TC va enmendando el desaguisado creado por la poderosa y abusiva JNJ. La Corte Superior restituyó a dos miembros de esta institución, Inés Tello (más de 75 años, atornillada al cargo) y Aldo Vásquez, inhabilitados por el Congreso. La Junta tuvo el descaro de ratificar a los jefes de la ONPE y el RENIEC.

La JNJ pretende manejar al Congreso, al TC y a todo lo que afecte sus privilegios. Se rumorea que cuando venga la destitución final de estos dos funcionarios, se declararán en rebeldía, apelando nuevamente a cuanto organismo internacional donde tengan ‘vara’ o afinidad política. Sembrarán el caos, pero el ciudadano verá con indiferencia este nuevo lío.

Tendrá el mismo talante frente a los 40 partidos que se inscribirán con sus respectivos candidatos presidenciales y congresales. Un tsunami de participación, donde hay poca transparencia e inoperatividad.

En medio de ello pasarán inadvertidas las declaraciones de Jaime Villanueva en Fiscalía: “Gorriti quería a Vela y Pérez para dirigir las investigaciones del caso Cócteles (KF) para dirigir investigaciones y tener información”. Grave.

Movadef y los radicales organizan un desmadre para Fiestas Patrias. En Puno, donde expectoraron recientemente a la congresista Luque (izquierdista) por vacar a Castillo hay tres células senderistas, y en el sur los radicales son fuertes. Sin embargo, el peruano de a pie, seguirá padeciendo el tráfico, el abuso municipal, la falta de recursos, la escasez de medicamentos y las siete plagas que vivimos diariamente.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookXInstagramTikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.