Occidente discursea mientras que China hace inversiones

Occidente discursea mientras que China hace inversiones

Desde el inicio de la era Xi Jinping hace 10 años, se desarrolló una intensa expansión mundial de la República Popular China, que no solo se mantendrá, sino que se acentuará ante la disputa a nivel diplomático y comercial con los Estados Unidos (EE.UU.), más aún, ante la reelección por un quinquenio adicional del mandatario chino.

La estrategia de China, conocida como la Franja -conexión terrestre- y la Ruta -conexión marítima-, abarca los 5 continentes y comprende: intercambio comercial e ingreso de sus empresas con inversión y operación en rubros diversos. En el caso de Latinoamérica, el principal destino ha sido Brasil, siendo nuestro país el segundo en las preferencias inversoras.

El interés se inicia por los recursos naturales: minerales, gas y petróleo; incluye también rubros estratégicos como el suministro de electricidad en todas sus actividades. En el caso particular de Brasil, hay una importante incursión en tecnología para las finanzas -Fintech-. La participación de sus empresas no solo está en la operación, sino también en la construcción.

En infraestructura han tomado un rol protagónico, no solo en Perú, con la construcción del puerto de Chancay, que aquí quiere satanizarse políticamente, sino también en Colombia, donde un gobierno de derecha como el de Iván Duque les concedió la construcción del Metro de Bogotá.

Mientras esto ha venido ocurriendo, la participación de las inversiones y empresas europeas han ido perdiendo terreno; mientras que las norteamericanas están desapareciendo. Subestimaron a nuestra región a la que despectivamente llamaban su “patio trasero”.

Hoy se preocupan extemporáneamente, y los generales estadounidenses encargados de sus comandos sur y norte -Laura Richardson y Glen Van Herck- advierten las implicancias políticas y estratégicas ante la Cámara de Representantes de su país.

Occidente, entendido como la Unión Europea y EE.UU., nos han enviado discursos de lo políticamente correcto, de los efectos del cambio climático y la necesidad del uso de energías renovables; mientras tanto, China ha enviado capitales, ya sea en calidad de préstamos -caso Venezuela y Ecuador- pagaderos con recursos naturales, o de inversión -caso Perú y Brasil. Avance silente antes que peroratas estridentes.

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