Plan al 2030 para un Perú competitivo y sostenible

Plan al 2030 para un Perú competitivo y sostenible

El Perú ha demostrado ser un ejemplo de crecimiento económico en la región. Sin embargo, este crecimiento no ha ido acompañado de mejoras sustanciales en productividad ni en bienestar social. La actualización del Plan Nacional de Competitividad y Productividad (PNCP) para el período 2024-2030 es un esfuerzo crucial para abordar este desequilibrio y marcar un camino hacia un desarrollo sostenible y equitativo.
En las últimas décadas, el Perú experimentó períodos de expansión económica notable. A pesar de ello, enfrenta desafíos estructurales significativos. Por ejemplo, el país ocupa el puesto 63 de 67 en el Ranking de Competitividad Mundial de 2024, según Centrum PUCP y el Institute of Management Development (IMD). Esto refleja una grave ineficiencia empresarial y problemas en la gestión del mercado laboral.
Un factor clave detrás de estos resultados es la falta de una educación robusta y alineada con las demandas del mercado. El Premio Nobel de Economía James J. Heckman ha señalado que invertir en educación inicial es esencial para elevar la productividad, algo que el Perú aún no ha priorizado adecuadamente. Además, la baja productividad empresarial, caracterizada por métodos tradicionales y poca innovación, sigue siendo un obstáculo.
El PNCP 2024-2030, aprobado en octubre de 2024, busca corregir estas deficiencias. Este plan integra objetivos en nueve áreas prioritarias, desde infraestructura y sostenibilidad ambiental hasta inclusión social y desarrollo del capital humano. Con 493 hitos y 75 medidas, el plan es ambicioso, pero se enfrenta a un historial de bajo cumplimiento, ya que su versión anterior (2019-2023) solo alcanzó el 43.1% de los objetivos propuestos al 2023.
Entre los cambios clave, destaca una mayor articulación con planes nacionales y regionales, así como un enfoque en sostenibilidad e innovación. También se prevé asistencia técnica a gobiernos regionales para fortalecer la competitividad local, un paso crucial para reducir desigualdades regionales.
La educación, en todos sus niveles, es el pilar más importante para garantizar la productividad y competitividad. Sin una fuerza laboral calificada, el país seguirá atrapado en un ciclo de bajo valor agregado y dependencia de las materias primas. Esto es especialmente crítico al considerar que el Perú ha registrado una caída en su desempeño educativo en comparación con otros países de la región.
El PNCP aborda esta problemática incorporando metas claras para fortalecer la educación técnica y superior, lo que puede generar un impacto positivo en la productividad empresarial. Sin embargo, es fundamental garantizar que estas políticas lleguen efectivamente a las comunidades más vulnerables y a las regiones con menor desarrollo.
El déficit en infraestructura básica, como transporte y telecomunicaciones, también limita la competitividad del Perú. Sin conectividad, tanto física como digital, el acceso al mercado y la posibilidad de innovar se reducen drásticamente.
Por otro lado, el plan pone énfasis en la sostenibilidad ambiental, alineando sus metas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Este enfoque es vital, considerando que el cambio climático representa una amenaza directa para el desarrollo del país.
La baja productividad empresarial en el Perú no es solo un problema de educación, sino también de falta de incentivos y apoyo a la innovación. Muchas empresas peruanas, especialmente pequeñas y medianas, operan de manera informal, con poca capacidad para adoptar tecnologías modernas o mejorar sus procesos. El PNCP aborda este problema con un entorno de negocios más favorable y reduciendo la burocracia.
Para lograr un impacto real, será necesario un compromiso sostenido tanto del sector público como privado. La experiencia de los últimos años deja claro que el crecimiento económico por sí solo no es suficiente. Es necesario un enfoque integral que combine políticas educativas efectivas, infraestructura de calidad, apoyo a la innovación y estabilidad política.
Además, el Perú debe priorizar la formalización de su economía, ya que la alta informalidad limita tanto la recaudación fiscal como el acceso de los trabajadores a beneficios sociales y derechos laborales. Con el PNCP 2024-2030, Perú tiene una hoja de ruta clara para convertirse en un país más competitivo y productivo; con metas anuales que requieren de una implementación eficiente y un monitoreo constante, con la colaboración entre el gobierno, sector privado y sociedad civil.
Se deben superar barreras históricas y comprometerse con una visión a largo plazo. La clave estará en priorizar la educación en todos sus niveles, fomentar la innovación y garantizar un entorno empresarial favorable. Solo así será posible cerrar las brechas estructurales y construir un futuro más equitativo y sostenible para el Perú.

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