Por la democracia en Latinoamérica, contra el fraude y la dictadura

Por la democracia en Latinoamérica, contra el fraude y la dictadura

El pasado 28 de julio, en Venezuela, se desarrollaron las elecciones presidenciales en un escenario complejo y difícil para el pueblo venezolano que, no obstante la violación sistemática a los derechos humanos que rige en ese país por efecto de la vigencia de una dictadura, acudió a las urnas con la esperanza de restituir la democracia en esa nación, a través del mecanismo más idóneo y pacífico, es decir, el voto, inspirado en el resultado de muchas encuestas previas que, de manera uniforme y contundente, mostraban la preferencia electoral a favor del candidato opositor Edmundo González, promovido por Corina Machado, con más del 70%.

Es decir, en un cálculo objetivo, libre de apasionamiento político, se daba por descontado de manera anticipada no solo un triunfo electoral de la oposición, sino también una aplastante derrota del dictador Maduro, lo cual iba a permitir el retorno a su país de millones de ciudadanos venezolanos que tuvieron que abandonar su territorio por estrategia de sobrevivencia, en resguardo de su vida y libertad.

Hasta altas horas de la noche, en diversos lugares del mundo, se esperaba la comunicación oficial de los resultados. En Perú, miles de ciudadanos venezolanos se concentraron en varios lugares para celebrar la victoria democrática, sin embargo, resultó sintomático que el órgano electoral encargado del cómputo decidiera interrumpir el conteo por tiempo prolongado para, posteriormente, cerca de la medianoche, comunicar, para sorpresa de todos, que el ganador de las elecciones resultó ser el dictador Maduro con poco más del 51%, frente a un 44% de Edmundo González. Para consolidar el atropello, a primeras horas de la mañana del 29 de julio, el falso ganador era proclamado como tal por el organismo electoral, generando una indignación no solo en el pueblo venezolano, sino también en la comunidad internacional.

Con lo que no contaba el régimen de Maduro era con la previsión que habían tomado los integrantes de la fórmula opositora de obtener el 80% de las actas antes de que se publicasen los resultados fraudulentos. Los datos fidedignos que arrojan esas actas evidencian que González y Machado habían superado el 65% contra un 31% de Maduro, según datos proporcionados por la prestigiosa firma Edison Research, en base a su encuesta a boca de urna.

Ello significa que el restante 20% de las actas que no fueron rescatadas, en el supuesto no consentido de que se le asignen el total de votos a favor de Maduro, igual no le alcanzaría para modificar tan importante diferencia obtenida por los opositores. Todo ello significa que Edmundo González y Corina Machado recibieron el apoyo contundente en las urnas del pueblo venezolano y se suscitó un voto castigo contra Maduro, correspondiendo por tanto reconocer la victoria electoral de los legítimos ganadores.

Sin embargo, coherente con su tendencia autoritaria y antidemocrática, Maduro prefiere aferrarse al poder a través del fraude electoral, amparado en el control absoluto que ejerce sobre toda la estructura estatal de Venezuela, especialmente en este caso sobre el Consejo Electoral, organismo que está subordinado al gobierno y hace lo que este le instruye.

Frente a estos acontecimientos, la reacción de la comunidad internacional condenando el grosero fraude no se dejó esperar, tanto la Organización de Estados Americanos (OEA) como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la mayoría de los países de la región repudian el atropello en que acaba de incurrir Nicolás Maduro, quien está violando el insoslayable derecho de todo un pueblo de elegir en las urnas al gobernante que considera más idóneo para conducir su país. Los venezolanos ya decidieron quién debe gobernarlos y expresaron también a través del voto su aspiración legítima de vivir en democracia.

Al respecto, el Centro Carter, organismo internacional de reconocido prestigio y ostensible imparcialidad, que fue invitado por el propio gobierno venezolano para presenciar las elecciones, emitió su criterio autorizado, cuestionando las fraudulentas elecciones.

En estos momentos, es importante hacer causa común para que la democracia retorne a Venezuela y se vaya la dictadura. Ello nos beneficiará a todos.

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