Nada. Esa es la respuesta correcta. Han pasado dos años desde que Martín Vizcarra fue vacado por el Congreso de la República por acusaciones de corrupción. Seamos sinceros: Martín Vizcarra es un político peligroso, ha entrenado muy bien su capacidad para fingir empatía y una sonrisa del tío “bueno” del grupo. El parlante de “Martín en vivo” ha aprendido muy bien de las miniconferencias de mediodía que solía realizar durante los meses, en los que nos mantuvieron encerrados, manipulados y controlados con el monstruo creado de la covid-19. Aprendió a seguir mintiendo y maquillando su inexistente gestión para la reconstrucción sin cambios.

A consecuencia del fenómeno El Niño costero del 2017, fueron afectados 784 establecimientos de salud en las regiones Áncash, Cajamarca, Ica, La Libertad, Lambayeque, Lima, Loreto, Piura y Tumbes.

De dicho universo de hospitales y postas destruidas, el Ministerio de Salud, durante el gobierno de Martín Vizcarra, sólo había priorizado la “reconstrucción sin cambios” de 156 establecimientos con un presupuesto de 1,344 millones de soles. Demasiado dinero para una cantidad mínima de hospitales y postas. Después de El Niño costero, el gobierno de Martín Vizcarra creó un huaico de corrupción.

El Niño costero del 2017 dejó 101 fallecidos, más de 140 mil damnificados y casi un millón de afectados en todo el Perú. ¿Cuál era proceso en la “reconstrucción” que dirigía Amalia Moreno, nombrada por Vizcarra como directora ejecutiva de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC)? Hasta el 2021, no se había ejecutado ni el 50 % del presupuesto asignado para dar a los pobres aspectos sociales básicos: salud, seguridad y educación y vivienda.

La amiga y mujer de confianza de Martín Vizcarra manejó más de 25 mil millones de soles en presupuesto para ayudar a los pobres del país y su gestión fue igual a la de Pedro Castillo y sus ministros: mediocre e inservible. Amalia Moreno pagó más de 46 millones de soles por 452 ventiladores mecánicos, de los cuales el 77 % estaban inoperativos. Este “error” de compra le costó la vida a cientos de peruanos durante el proceso manipulador de la pandemia.

Hoy tenemos más de 55 muertos en todo el país desde que se iniciaron las intensas lluvias y más de 12,000 damnificados. ¿Esto es novedad? No. En Lima tenemos 60 quebradas mortales en las zonas altas; 57 de esas quebradas se han activado con las intensas lluvias. ¿Eso es nuevo en el Perú? No. Lo sabíamos, los políticos lo sabían y no hicieron nada. Martín Vizcarra no hizo nada por la población vulnerable ante estos fenómenos naturales. Continúa creando la imagen del tío bueno y carismático, que espera paciente a que un gobierno lo ayude a eliminar la inhabilitación por diez años para ejercer cargos públicos que el Congreso le otorgó con mucho cariño. El lagarto espera paciente.

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