Tras la II Guerra Mundial Japón quedó sumido en la pobreza; sin embargo, y gracias a las decisiones de sus autoridades y la sociedad en su conjunto, se recuperó poco a poco, resurgiendo de sus cenizas y experimentando un alto crecimiento económico. En la actualidad es la tercera economía más grande a nivel global.

Este comportamiento se debe en gran parte a sus exportaciones con un alto componente tecnológico, también es el segundo país con el mayor índice de desarrollo humano de Asia y tiene la esperanza de vida más alta en el mundo, todo ello sin tener grandes recursos naturales, lo que le obliga a importar el 60% de los alimentos consumidos por su población y el 90% de los bienes demandados por su aparato productivo.

Recientemente tuve la oportunidad de viajar a esa maravillosa nación, como parte de la delegación de empresarios que participó en la XIV Reunión Bilateral Perú-Japón, el 9 de noviembre último, en el marco del 150° Aniversario del Establecimiento de Relaciones Diplomáticas Perú-Japón, organizado por el Consejo Empresarial Peruano Japonés (Cepeja), liderado por nuestro expresidente Luis G. Vega Monteferri.

Previo al evento visitamos algunas ciudades como Tokio y Yokohama (prefecturas de Kanagawa y Yamanashi), que se caracterizan por ser limpias, ordenadas y tener un sistema de transporte envidiable que incluye buses y trenes de alta velocidad, encargados de conectar al país en un corto tiempo, además de aeropuertos.

Recorrimos la planta de hidrógeno de Yokohama, donde nos mostraron cómo lo generan de forma eficiente y el trabajo que realizan a fin de promover su uso como el combustible del futuro. ¿Dónde se usa? En el transporte público, trenes, camiones y barcos.

Luego visitamos la Universidad de Yamanashi, ahí nos mostraron la tecnología para la selección y recolección de uvas y otras frutas, usando una mezcla de Inteligencia Artificial (IA), realidad aumentada y robótica. Así se logra una mayor precisión y eficiencia, reducción de costos y producción de frutas casi perfectas para el consumo.

En la XIV Reunión Bilateral se realizaron interesantes conferencias, los expositores japoneses abordaron temas como ‘Futuro de la minería usando la automatización de procesos y robótica’, ‘Recientes avances en Inteligencia artificial y la sociedad del futuro’ y ‘Aplicación de la ciencia y tecnología para resolver los problemas de la sociedad’, entre otros.

Al escuchar las intervenciones nos quedó muy en claro la importancia que le da esta nación al futuro, al bienestar de sus ciudadanos y a la planificación en base a una labor del Estado, el sector privado y la academia; a informar y debatir de forma amplia, en todos los estamentos, los temas críticos. Esto les permite tomar las mejores decisiones (aprobar leyes y otras iniciativas) y lograr que sus ciudadanos tomen mayor consciencia del impacto que tendrán.
Finalmente, y ya respondiendo a la pregunta inicial, ¿qué podemos aprender de Japón? Podemos responder que valores como el trabajo en equipo, el respeto mutuo, la sinceridad y la empatía, privilegiando el interés comunitario por encima del individual; todo eso llevó a esta gran nación a ocupar el sitial que tiene en la actualidad. Es momento de reflexionar y apostar por un futuro planificado y coordinado que nos impulse a retomar la senda del desarrollo como sociedad.

Por Julio Pérez Alván

Presidente de ADEX.

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