Recientemente, expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunieron con autoridades peruanas para evaluar cómo va la economía, llegando a las siguientes conclusiones:

Nos dicen que la economía peruana está en proceso de recuperación después de enfrentar varios desafíos, como la crisis climática y las protestas sociales de inicios de 2023, lo que resultó en una contracción del 0,6% el año pasado. Sin embargo, ahora la inflación está bajo control gracias a las medidas tomadas por el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP).

Se espera un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) de alrededor del 2,5% para este año, impulsado por la recuperación gradual de la agricultura y la pesca tras el fenómeno de El Niño, así como el auge continuo de la industria minera.

Las políticas de reactivación económica deben garantizar una recuperación resiliente e inclusiva. En ese marco, el relajamiento de la política monetaria que el BCRP está realizando es apropiado, dado que la inflación está convergiendo al punto medio del rango meta y que las expectativas inflacionarias están ancladas; se prevé que el diferencial de las tasas de interés con respecto a Estados Unidos se reduzca, el BCRP debe seguir permitiendo flexibilidad al tipo de cambio. Asimismo, se deberían eliminar los obstáculos al desarrollo de los mercados de capital para reducir los riesgos cambiarios.

A pesar de la mejora en las cifras económicas, persisten riesgos tanto internos como externos. Los internos incluyen una mayor incertidumbre política, disturbios sociales y posibles impactos negativos del clima. Externamente, se observa un crecimiento débil en los principales socios comerciales, volatilidad en los precios de los productos básicos y un endurecimiento repentino de las condiciones financieras globales.

El informe también resalta el papel clave de la tecnología digital y la inteligencia artificial en el impulso de la productividad en varios sectores, desde las finanzas hasta la educación. Sin embargo, para aprovechar al máximo estas herramientas, es fundamental combatir la corrupción y mejorar la confianza en el gobierno.

En cuanto a las políticas fiscales, se recomienda mantener la prudencia y compromiso fiscal, con un déficit del sector público no financiero del 2% del PIB para 2024, en línea con las metas establecidas.

Además, se sugiere una reforma integral del sistema de pensiones para abordar las deficiencias actuales en términos de cobertura y suficiencia, que implica condiciones de vida digna para los pensionistas.

Grandes proyectos de construcción y minería pueden ayudar a mejorar la confianza y aumentar la inversión. Además, el país tiene espacio para maniobrar económicamente, con una deuda pública baja y muchas reservas internacionales, aunque, a mi juicio, no se aprovecha el incremento del precio del oro, hoy en 2350 dólares la onza, y donde solo el 4% de las reservas del BCRP son en oro físico, a pesar de que somos uno de los primeros exportadores de este metal precioso.

Es importante que las políticas económicas ayuden a todos y que el país se recupere de manera sólida frente a desafíos futuros.
Para fortalecer la economía peruana a largo plazo, se requiere mejorar la productividad mediante la eliminación de obstáculos para el crecimiento empresarial, simplificando regulaciones y leyes que pueden frenar la formalización y expansión de las empresas.

Además, se debe de abordar el cambio climático: desastres naturales. Esta conclusión no incluye el reciente incremento significativo del petróleo del cual importamos el 80% del consumo.
Perú debe trabajar en aumentar la productividad y adaptarse mejor al cambio climático. Esto implica simplificar leyes y regulaciones que dificultan el crecimiento de las empresas, y también invertir más en infraestructura, educación de calidad, y medidas para enfrentar el cambio climático.

Las tecnologías digitales pueden ser clave para aumentar la productividad en varios sectores, particularmente en educación. También es vital combatir la corrupción y mejorar la confianza en el gobierno.

Se necesita un programa de reformas ambicioso para lograr un crecimiento sostenible, que requiere estabilidad política concertada entre el Ejecutivo, el Legislativo, el sector empresarial y de los trabajadores.

Finalmente, se hace hincapié en la importancia de un programa de reformas más ambicioso para lograr un crecimiento sostenible a largo plazo.

La adhesión a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) se presenta como una hoja de ruta clara para implementar reformas críticas que fortalezcan la capacidad del gobierno, mejoren el clima empresarial, reduzcan la informalidad y promuevan un crecimiento inclusivo y respetuoso con el medio ambiente.

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