Rescatemos la peruanidad
Rescatemos la peruanidad
En tiempos recientes la crisis política en nuestro país se ha agudizado de tal manera que se viene desarrollando una polarización y división entre peruanos. Esto es una seria amenaza a la Nación integrada por millones de personas que habitan pacíficamente en nuestro territorio, así como los tres millones de peruanos que viven en el exterior.
Para rescatar principios y valores es oportuno recordar y promover la forma en que, en los albores del encuentro entre varias civilizaciones, se formó la peruanidad. Lo hago con la figura de Isabel Barreto, la criolla que cien años después del descubrimiento de América se propone seguir los propósitos de Colón de encontrar una ruta hacia la China. Esta vez desde América, continente al que llegó el navegante genovés en 1492 en la errónea creencia de que se trataba de la India.
Isabel sintetiza la formación de una nueva nación. Va en busca del reconocimiento de la misma por otros países buscando la vía pacífica del intercambio comercial. A diferencia de los conquistadores varones no muere en tierras lejanas. Retorna al país del que partió. Nunca estuvo en España, sin embargo funda la primera empresa hispana peruana de éxito al casarse con el Marqués Álvaro de Mendania y emprender el épico viaje de más de treinta mil kilómetros por el Pacífico. Ella partiendo desde el puerto peruano de Paita descubre las Islas Marquesas que a una distancia mayor que las Pascuas de Chile y las Galápagos del Ecuador se encuentran frente al Perú, y aún poco conocidas por la mayoría de peruanos.
En mi novela histórica Isabel de los Mares -recientemente traducida al chino mandarín- recuerdo que ella observa que los huesos de los seres humanos en diversos continentes y territorios a los que llega como navegante, tienen el mismo color. Entonces cuestiona seriamente la discriminación racial que se basa en algo tan superficial como el color de la piel.
Sin duda es necesario hoy retomar principios de unidad entre peruanos que superen discrepancias basadas en ideologías o intereses extraños, así como fundamentar ello es la aceptación de que somos un país moderno en el que no tiene espacio la discriminación. Qué mejor ejemplo la de una mujer peruana pionera en las grandes travesías y la unidad de los pueblos basada en Ia paz y el mutuo entendimiento. Así como ejemplo de peruana emprendedora que cautiva en las Filipinas al General Castro – quien a la muerte de Mendania sería su segundo esposo- para que invierta en el Perú.
Dejemos de lado odios, así como persecuciones. Desarrollemos una cultura de solidaridad. Rescatemos del olvido a Isabel Barreto y también rescatemos nuestra peruanidad.
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