El presupuesto público del año 2024 espera que el gobierno gaste un poco más de lo que ingresa, alrededor del 2% de todo lo que produce el país (PBI), es decir un déficit fiscal de 2% del PBI.

Esto, en línea con la reducción progresiva del déficit fiscal en 0.5% del PBI por año, para llegar a 1% de déficit en el año 2026.

Sin embargo, hay problemas desde el año pasado que siguen afectando a esta política fiscal, principalmente la recesión y la crisis climática que golpeó al país.

En el 2023, el sector Público gastó más de lo que ingresó por el pago de impuestos, alcanzando un déficit fiscal de 2.8% del PBI. Esto pasó porque hubo menos ingresos tributarios debido a que la economía no crecía y los precios de los minerales, las frutas de exportación y otros productos peruanos, bajaron de precio en el mundo.

Además, el gobierno gastó más dinero en pagar a su personal, en tratar de hacer que la economía mejore, en salvar a Petroperú y en responder a desastres naturales. También hubo gastos que el Congreso aprobó sin precisar de dónde saldría el dinero. A pesar de que se reprogramaron gastos con recursos no ejecutados, todavía hubo más gastos que ingresos, principalmente porque había menos dinero entrando al gobierno.

Entre el 2019 y el 2024, el gobierno gastó un 38% más en pagar planillas, especialmente en educación y salud. Lamentablemente, este gasto no se reflejó en una mejora clara en los resultados en estos sectores. Sería mejor invertir en mejorar la infraestructura escolar y hospitalaria e implementar más tecnología para hacer que estos servicios brinden mayor calidad y sean más seguros.

Aunque Perú sigue siendo considerado un país que maneja bien su dinero y tiene una economía fuerte, si sigue gastando más de lo que recibe, podría resultar en una rebaja crediticia que afectaría la inversión, el crecimiento económico, la credibilidad y sostenibilidad fiscal a mediano plazo. Esto podría hacer que la economía no crezca tanto y que sea más difícil para el gobierno pagar lo que debe en el futuro; lo que significaría un grave problema para la economía pues el país no sería considerado un lugar seguro para hacer inversiones.

En febrero de este 2024, el gobierno seguía gastando más de lo que debía, registrándose un déficit anualizado de 3% del PBI, que indicaba que en vez de reducirse estaba aumentando, recordemos que el déficit fiscal alcanzado en 2023 fue de 2.8% del PBI, en lugar del déficit programado de 2.4%.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sugiere que el gobierno gaste el dinero de manera más eficiente y que cobre más impuestos.

La tasa media de recaudación de impuestos entre los países de la OCDE es de 35.4% del PBI, mientras la de América Latina es de 21.7%: Colombia (19.5%), Chile (20%), Perú (15.1%). Esto significa que el gobierno peruano recibe menos dinero para invertir en mejoras significativas para la población, debiendo priorizarlo adecuadamente y hacerle seguimiento.

Debido a todos estos problemas, el gobierno cambió al ministro de economía y al jefe de la oficina de impuestos (SUNAT) en marzo, con el objetivo de manejar mejor el dinero del país. Mejorar la forma en que el gobierno gasta su dinero y cobra impuestos podría hacer que más personas y empresas quieran invertir en el país.

Para este año, se espera que el gobierno recaude 170,588 millones de soles, mientras que el año pasado recaudó 147,246 millones de soles. Para enfrentar este desafío de mejorar la recaudación de impuestos, el gobierno está haciendo cambios en la SUNAT para hacerla más moderna y que esté presente en todo el país. Asimismo, hacer que las empresas de tecnologías paguen más impuestos.

También se está usando la inteligencia artificial para mejorar la forma en que se cobra impuestos. El gobierno espera que la presión fiscal sea del 15.5% este año, sin dar más exoneraciones de impuestos, cobrando deudas y buscando maneras de mejorar la forma en que se recauda el dinero de las aduanas.

Se están tomando medidas para reducir el gasto y corregir el problema de gastar más de lo que se recibe, pero todavía hace falta cobrar más impuestos para poder pagar todo lo que se planea gastar este año. A mediano plazo, el gobierno quiere reducir el déficit fiscal hasta llegar al 1% en el 2026.

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