Un tren llamado deseo
Un tren llamado deseo
Pedro Castillo se limitó a “leer” el mensaje de Fiestas Patrias, aprobado por el Consejo de Ministros, que si bien estuvo sazonado con cifras, presentó medias verdades y otras falsedades en temas medulares como: crecimiento del PBI, empleo, ingresos y los trenes con los que sueña.
Es así que mencionó orondo: “en lo que va de este año 2022 hemos crecido en 3.5%, como lo señala el BCR y, a pesar de la pandemia, estamos también por encima del promedio de la región”. Los líderes. Una media verdad que es una mentira completa, porque el Perú ocupó el puesto 10 en Latinoamérica (empatando con Ecuador), en crecimiento del PBI en el primer trimestre del 2022 con 3.8%, a la zaga de Panamá 13.6%, Colombia 8.5%, Uruguay 8.3%, Chile 7.2%, República Dominicana 6.1, Argentina 6%, Costa Rica 6%, Honduras 5.9% y Guatemala 4.5% (Boletín de Producción del INEI, pag.58).
Con el empleo enunció otro engañamuchachos: “hemos recuperado los niveles de empleo prepandemia que en estos momentos supera los 5.5 millones de puestos de trabajo (mayo) recuperándose 352 mil empleos”. Sin embargo, este dato del empleo formal es una fotografía en blanco y negro, que no recoge la filmación a color de la evolución del empleo que revela: primero, que el empleo formal viene cayendo desde marzo en que se situó en 5.8 millones; segundo, que aún no se recuperan 700 mil empleos “adecuados” perdidos por la pandemia (con sueldo mayor al sueldo mínimo); tercero, que el único empleo que viene creciendo con el desempleo provocado por la pandemia es el empleo informal, donde laboran 3 de cada 4 peruanos, percibiendo ingresos menores al sueldo mínimo, y cuarto, con el agravante que esta etapa se han sumado un millón de jóvenes a la cola de los puestos de trabajo (Boletín de Empleo Nacional INEI).
Otra media verdad fue: “las remuneraciones y otras compensaciones que las empresas pagan a los trabajadores se han incrementado en 9,3% en mayo del 2022, si comparamos con mayo del 2021”, lo cierto es que el ingreso promedio ha caído en -6.3% desde la pandemia (marzo del 2022 versus marzo del 2020), según el INEI, a lo que agrega la inflación acumulada de 12% (BCRP), que finalmente termina restando en 16% el poder adquisitivo “del pueblo”, al que tanto alude.
Asimismo, el profesor chotano aterrizó a medias sus desvelos ferroviarios, evaporando el deseo de construir el “Tren Inca”, un quimérico ferrocarril que recorriendo las cumbres de los Andes y bordeando el Lago Titicaca enlazaría el Helipuerto de Chota con Bolivia, y por ahora, se limitó a resaltar dos tramos: Lima-Barranca y Lima-Ica del no menos oneroso “Tren Grau”: Tumbes-Tacna, cuyo valor preliminar alcanzaría los US$ 40.000 millones. El tren Lima-Barranca trae al recuerdo el antiguo tren Ancón-Barranca (1912-1964), que a su vez reemplazaba una antigua vía Ancón-Chancay destruida por el invasor chileno Patricio Lynch, y sobre el tren Lima-Ica, desde 1868 se han barajado una infinidad de proyectos como el que ahora nos ocupa.
El ministro de Economía Oscar Graham, al superar a Gepetto, es cómplice por omisión, porque ni Pinocho mintió tanto.
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